jueves, 6 de junio de 2013

V. “Contrapunto” (1928) Aldous Huxley/ V Huxley y Nietzsche – Ilustración: el duro equilibrio entre la razón y las emociones.


Las ediciones que he manejado han sido:

 Aldous Huxley: “Point Counter Point” (1928) Vintage Classics, Random House 2004 - En español: “Contrapunto”

Friedrich Nietzsche: „Die Geburt der Tragödie“ (1872)

Bertrand Russell: “The Prospects of Industrial Civilization” (1923) Ed.  Routledge Classics. This edition first published in 1959 by George Allen &Unwin Ltd. First published in the Routledge Classics in 2010 by Routledge. First Indian Reprint, 2010.

Otras obras que aparecen:

“Las penas del joven Werther”, (1774,  Goethe.

“Fausto” Parte I (1808) y II (póstuma, 1832), Goethe.

“Las afinidades electivas” (1809), Goethe.

“El mundo de ayer” (“Die Welt von Gestern.” 1939-1941), Stephan Zweig.

“Sobre la Utilidad y Perjuicio de la Historia para la vida” (1873) Nietzsche.

“La sonata a Kreutzer” (1889), Tolstoi

“La era del vacío” (1983) Gilles Lipovetsky

“La vida de Galileo” (1939), Brecht.

**********************************

En 1774, Goethe había publicado “Las Penas del Joven Werther” y alrededor de 1808 apareció la primera parte de “Fausto” que vería una edición revisada en 1828. La figura del escritor alemán resulta de vital importancia para entender los conflictos entre Ilustración y Romanticismo tanto como el fracaso de cada uno de estos movimientos. Si en “Las penas del Joven Werther”, Goethe critica las poses melancólicas y autodestructivas a las que el exceso de sentimentalismo arrastra*, en “Fausto” denunciará la insatisfacción a la que un conocimiento encerrado en sí mismo conduce. Nietzsche continuará en esta línea. La división que traza en su ensayo “El nacimiento de la Tragedia” (1872) entre mundo racional o apolíneo y mundo emocional o dionisiaco puede considerarse paralela a aquella entre Ilustración y Romanticismo.

Huxley recoge la antorcha de Nietzsche y la mantiene encendida en su recorrido a lo largo del mundo y de la vida. La gran preocupación que subyace en el pensamiento del escritor inglés, como antes en el del ensayista alemán, es la deshumanización del ser humano. Ambos critican los excesos ilustrados tanto como los desvaríos románticos. Si la sobredosis racional viene provocada por el abuso de la técnica, las aberraciones románticas surgen de la desproporción de los sentimientos tanto amorosos como religiosos.

En su opinión que el ascetismo y la promiscuidad no son conductas antagónicas porque ambas expresan los mismo: un profundo odio a sí mismo. Igual que la religión y la Ciencia.

Huxley afirma que la religión nos convierte en bárbaros del alma y de los sentimientos porque  únicamente se preocupa del alma, del futuro y de la resignación, sin ofrecer nada al presente ni al cuerpo. Por eso el ascetismo no representa ninguna solución.

La ciencia, por su parte, tampco consigue sacar al hombre del estado de miseria en el que se encuentra. A su juicio, la ciencia nos hace bárbaros del intelecto.Según Huxley si el Cristianismo había despojado al individuo de la mitad de su ser, la ciencia intenta despojarlo de la mitad de lo que el cristianismo le había dejado.

El autor inglés se niega férreamente a vivir con tres cuartas partes muertas y prefiere ser un individuo completamente vivo.

(“Point Counter Point” Pg. 138) She’s a barbarian of the soul, he went on. All soul and future, no present, no past, no body, no intellect. Only the soul and the future and in the meantime resignation. Could anything be more barbarous?

(“Point Counter Point” Pg. 156) You hate yourselves, you hate life. Your only alternatives are promiscuity or ascetism. Two forms of death.

 (“Point Counter Point” Pg.155) The Christians, who weren’t sane, told people that they’d got to throw half of themselves in the waste-paper basket. And now the scientists and business men come and tell us that we must throw away half of what the Christians left us. But I don’t want to be three-quarters dead. I prefer to be alive, entirely alive. It’s time was a revolt in favour of life and wholeness.


La cuestión reside pues en saber qué se entiende por “enteramente vivo”. La respuesta de todos ellos, desde Nietzsche a Huxley incluyendo a Virginia Woolf y Oscar Wilde, será que la fuerza individual creadora y su expresión: el Arte sincero, el Arte como expresión del alma y no sólo de la mente, el Arte como forma de diálogo entre los dos elementos que dirigen la acción humana, esto es, la inspiración (sentimiento) y la técnica (razón), es el único medio de que dispone el individuo a fin de seguir llamándose humano y libre. Analicemos por tanto, los problemas que generan el exceso de la Razón y el exceso del Sentimiento.

El encierrro de la Razón en sí misma.

Ni Goethe ni Nietzsche ni Huxley son ajenos a los problemas que crea en el individuo, primero y en la sociedad, después, una Razón centrada exclusivamente en sí misma.  Todos coinciden en señalar que el exceso de intelectualismo impide el pleno desarrollo del ser humano. Y esto por dos motivos: Por un lado, porque el sentimiento forma parte de su naturaleza.

(“Point Counter Point” Pg.19)  He felt ashamed of these emotions as he remembered them. But that was how he had felt, how he still felt. ‘One should be loyal to one’s instincts.No, not to all, no to the bad ones.’

Por otro, porque la actividad del hombre no ha de ser simplemente teórica sino también de carácter práctico.

(“Point Counter Point” Pg.145) ‘I could never go back to being a perfect lady.’ She used to say. ‘It would bore me to death. Goodness knows, housework and managing and looking after the children can be boring and exasperating enough. But being quite out of touch with all the ordinary facts of existence, living in a different planet from the world of daily, physical reality – that’s much worse.’

Rampion was of the same opinion. He refused to make art and thought excuses for living a life of abstraction. In the intervals of painting and writing he helped Mary with the housework.

Sin embargo, la mayoría de la élite culta de su tiempo prefiere mantenerse en un intelectualismo inmovilista e improductivo. Si Huxley centra su crítica en la ineficacia de las Humanidades, Nietzsche dirigirá su ataque a las Ciencias, especialmente al empeño de éstas por entrometerse en todos y cada uno de los aspectos que constituyen la realidad. Así, Nietzsche afirma que es imposible florecer porque la ciencia empieza a dominar la vida. A su modo de ver, es la investigación que se dedica a ser Ciencia de la Historia, la que origina la escisión entre la Historia y la Vida. Dicha ruptura implica la aparición amenazante de la frase “Fiat veritas pereat vita” (“Hágase la verdad, perezca la vida”).

Huxley por su parte se quejará a través de su personaje Lord Edward del tiempo que ha perdido en su época de estudiante en Eton traduciendo versos en latín. El autor inglés está convencido de que leer para pasar el rato en un día en el que sólo hay ratos que pasar tiene el mismo valor que matar faisanes. Tal vez no constituya una actividad tan violenta como ésta, pero desde luego, sí tan inservible.

(“Point Counter Point” Pg.36) He preferred to sit at home and read (…). The best that could be said of it was that it kept his mind from brooding and killed time. But what was the good of that? Killing time with a book was not intrinsically much better than killing pheasants and time with a gun. He might go on reading like this for the rest of his days, but it would never help him to achieve anything.

Lo cierto es que a medida que la sociedad concentra sus esfuerzos en la adquisición de conocimientos, crecen la insatisfacción y la frustración faustiana a las cuales se unen otros factores negativos, como la infantilización del individuo y la pérdida de sus instintos.

(“Point Counter Point” Pg. 25)  At forty Lord Edward was in all but intellect a kind of child. In the laboratory, at his desk, he was as old as science itself. But his feelings, his intuitions, his instincts were those of a little boy. Unexercised, the greater part of his spiritual being had never developed.

Ello le incapacita para moverse en la vida real. De alguna manera está “condenado” a pasar el resto de sus días en un laboratorio, por ser éste su único hábitat. Nietzsche y Huxley están de acuerdo en afirmar que el individuo se ha preocupado tanto de desarrollar sus facultades intelectuales que su parte emotiva ha quedado atrofiada por la falta de uso. El ser humano ya no puede considerarse, por tanto, un ser completo. El individuo es sólo ‘casi humano’. Lo único que le diferencia de los chimpancés, asegura Huxley, es que mientras éstos actúan obedeciendo fundamentalmente a sus instintos, el sujeto sigue las directrices que su intelecto le dicta. Phil, en “Contrapunto” será uno de los representantes de este tipo de personas.

(“Point Counter Point” Pg.100) Once, when he had been telling her about Koehler’s book on the apes, ‘You’re like a monkey on the superman side of humanity,’ she said. ‘Almost human, like those poor chimpanzees. The only difference is that they’re trying to think up with their feelings and instincts, and you’re trying to feel down with your intellect. Almost human. Trembling on the verge, my poor Phil.’

Huxley (al igual que Nietzsche) es consciente de que al fin y al cabo vivir resulta mucho más difícil que el estudio del sánscrito, de la química o de la economía. En realidad, la vida intelectual es un juego de niños. Por eso según él, los intelectuales alargan la fase infantil, luego se convierten en imbéciles hasta transformarse, como demuestra la vida política a lo largo de los tiempos, en homicidas lunáticos y bestias salvajes. Las funciones reprimidas lejos de morir se deterioran y conducen al primitivismo. La gente se lanza a los libros y a las universidades para ocultar su incapacidad de llegar a ser artistas de la vida. Algunos prefieren refugiar su ineptitud en el alcohol y en la fornicación. En este sentido hay que ser justos y  reconocer que, ciertamente, los libros suponen un mejor método para ahogar las penas: no provocan resaca y tampoco conllevan el sentimiento de tristeza del post coitum.

(“Point Counter Point” Pg. 418)  Living’s much more difficult than Sanskrit or chemistry or economics. The intellectual life is child’s play; which is why intellectuals tend to become children –and then imbeciles and finally, as the political and industrial history of the last few centuries clearly demonstrates homicidal lunatics and wild beasts. The repressed functions don’t die; they deteriorate, they fester, they revert to primitiveness. But meanwhile it’s much easier to be an intellectual child or lunatic or beast than a harmonious adult man. The rush to books and universities is like the rush to the public-house. People want to drown their realization of the difficulties of living properly in this grotesque contemporary world, they want to forget their own deplorable inefficiency as artists in life. Some drown their sorrows in alcohol, but still more drown them in books and artistic dilettantism; some try to forget themselves in fornication dancing, movies, listening-in, others in lectures and scientific hobbies. The books and lectures are better sorrow-drowners than drink and fornication; they leave no headache, none of that despairing post coitum triste feeling.’

La Razón sale de sí misma

Goethe dedicó su obra magistral “Fausto” a expresar las dificultades que entrañaba para el ser humano el dedicarse sólo y exclusivamente al desarrollo de la razón. Sin embargo, la solución que elige su protagonista no es la más adecuada. Su promiscuidad simbolizaba la caída en el mundo dionisiaco de Nietzsche y, a decir de Huxley, en el odio a sí mismo. Si el hombre no es sólo razón, tampoco es sólo carne. El error de Fausto descansa en su incapacidad para construir su vida siguiendo el antiguo axioma griego de “todo según medida”. La medida viene dada, como muestra Goethe en la segunda parte de su Fausto, por el trabajo. La palabra “trabajo” es de vital importancia.  Trabajo significa actuar para alcanzar un fin, un objetivo. Y es, por tanto, el factor que imprime una connotación positiva o negativa a la actividad intelectual. Gracias al trabajo es como consigue la razón salir de sí misma sin caer en el abismo dionisiaco.

La novedad que introduce Nietzsche con respecto a Goethe es que la Razón, al salir del cuarto de laboratorio en el que permanecía encerrada, se ha dejado olvidada dentro  una parte de su naturaleza. Ello determina que el Saber, al abandonar su aislamiento, se transforme en Técnica. Los adelantos científicos crean en la sociedad una confianza en el futuro que Nietzsche siempre observó con recelo. En efecto, en “El nacimiento de la tragedia” Nietzsche critica la actitud optimista predominante en su época y se pregunta si tal estado de ánimo no enmascara en realidad la decadencia de su tiempo. El autor alemán advierte de que la voluntad del epicureísmo contra el pesimismo encubre en realidad la precaución del enfermo. En su opinión es necesario considerar al pesimismo como la forma de lograr que el alma del hombre pueda llegar a su plenitud al mismo tiempo que se pregunta de dónde proviene la ciencia y si ésta no entraña más bien el miedo a enfrentarse al pesimismo. La forma de expresión del optimismo por antonomasia era, según Nietzsche, la alegría alejandrina, esto es: la alegría del hombre teórico. A su juicio, la sociedad se había decantado en exceso hacia el mundo racional, denominado por él “apolíneo” y había olvidado o falseado el mundo de las emociones, o mundo dionisiaco.

(„Die Geburt der Tragödie. S.81) „Die edelste Form jener anderen Form der „griechische Heiterkeit“, der alexandrinischen, ist die Heiterkeit des theoretischen Menschen. (...)“

Según Nietzsche nuestro mundo moderno se encuentra aprisionado en su totalidad en la tela de araña de la cultura alejandrina y por eso sigue el ideal de trabajar para la ciencia. El arquetipo elegido es  Sócrates.

(„Die Geburt der Tragödie“ S. 82) Unsere ganze moderne Welt ist in dem Netz der alexandrinischen Kultur befangen und kennt als Ideal den mit höchsten Erkenntniskräften ausgerüsteten, im Dienste der Wissenschaft arbeitenden theoretischen Menschen, dessen Urbild und Stammvater Sokrates ist.“

La desconfianza de Nietzsche hacia la ciencia

Su desconfianza hacia la ciencia abarcaba dos aspectos: Por un lado, que ciencia y verdad aparecieran como sinónimos, cuando en realidad eran contrarios en tanto que la ciencia ocultaba el pesimismo de la verdad. Por otro lado, el saber científico se había convertido en moralmente falso.

(„Die Geburt der Tragödie“ S.9/10) Ist Pessimismus notwendig das Zeichen des Niedergangs, Verfalls,  des Mißratenseins, der ermüdeten und geschwächten Instinkte? –wie er es bei den Indern war, wie er es, allem Anschein nach, bei uns, den „modernen“ Menschen und Europäern ist? Gibt es einen Pessimismus der Stärke? Eine intellektuelle Vorneigung für das Harte, Schauerliche, Böse, Problematische des Daseins aus Wohlsein, aus überströmender Gesundheit, aus Fülle es Daseins? (...) Und wiederum: das, woran die Tragödie starb, der Sokratismus der Moral, die Dialektik, Genügsamkeit und Heiterkeit des theoretischen Menschen – wie? könnte nicht gerade dieser Sokratismus ein Zeichen des Niedergangs, der Ermüdung, Erkrankung, der anarchisch sich lösenden Instinkte eine Abendröte? Der epikurische Wille gegen den Pessimismus nur eine Vorsicht des Leidenden? Und die Wissenschaft selbst, unsere Wissenschaft – ja, was bedeutet überhaupt, als Symptom des Lebens angesehn, alle Wissenschaft? Wozu, schlimmer noch, woher –alle Wissenschaft? Wie? Ist Wissenschaftlichkeit vielleicht nur eine Furcht und Ausflucht vor dem Pessimismus? Eine feine Notwehr gegen –die Wahrheit? Und, moralisch geredet, etwas wie Feig –und Falschheit? Unmoralisch geredet, eine Schlauheit?

Resulta difícil comprender las lamentaciones de Nietzsche por la ausencia de pesimismo en la sociedad de su tiempo sin hacer referencia al libro en el que Stephan Zweig narra sus memorias: “El mundo de ayer” (“Die Welt von Gestern.” 1939-1941) El autor austriaco explica allí que la sociedad en la que se desarrolló su niñez se caracterizó por gozar de una estabilidad socio-económica no conocida anteriormente. La ciencia se desarrollaba a un ritmo vertiginoso y ofrecía a la población comodidades antes sólo soñadas. El deporte se configuró como la actividad donde se ponían a prueba las capacidades del cuerpo. Era un reto a las facultades físicas del sujeto. Sin embargo, ¿sucedía lo mismo con las facultades mentales? ¿Era la ciencia el lugar donde el intelecto se esforzaba por alcanzar el saber o sólo una actividad que habiéndose reducido a técnica ofrecía mayor bienestar pero no la verdad? El avance tecnológico posibilitaba, en efecto, más horas de ocio a los trabajadores al tiempo que facilitaba la expansión de las conductas hedonistas pero ¿reflejaban éstas la auténtica felicidad del individuo o se trataba más bien de un espejismo?  Nietzsche fue uno de los primeros en plantear si a mayor confort y mayores adelantos tecnológicos mayor plenitud y uno de los primeros en negar la validez de esta premisa.

(„Die Geburt der Tragödie„ (…) heute würde ich sagen, daß es das Problem der Wissenschaft selbst war – Wissenschaft zum ersten Male als problematisch, als fragwürdig gefaßt.“

La concentración del Saber en uno sólo de sus aspectos - la Técnica –  provoca en primer lugar su banalización y consiguientemente la pérdida de valor y profundidad. La segunda consecuencia es que los estudios académicos se estructuran de forma que sus resultados puedan ser comercializados. Ello determina, explica Nietzsche en “Utilidad y Perjuicio de la Historia para la vida”, una formación demasiado rápida y superficial de los estudiantes, lo cual les impide convertirse en auténticos pensadores. En efecto, los investigadores son fabricados en cadena con la única intención de obtener constantemente nuevos resultados. A juicio del autor alemán, si los investigadores empiezan a trabajar para ser útiles en lo que él denomina ‘la fábrica de la ciencia” (“wissenschatliche Fabrik”)  antes de haber alcanzado el grado suficiente de madurez la ciencia no tardará en sucumbir, igual que lo han hecho las fábricas de esclavos. Nietzsche se lamenta de tener que utilizar términos de carácter económico pero como él mismo reconoce, le vienen a la lengua involuntariamente. Su conclusión es que la mediocridad será cada vez más mediocre y la Ciencia cada vez más utilitaria (nutzbarer) en sentido económico

Como se puede leer en mi blog de Febrero de 2013 acerca de, “Sobre la Utilidad y Perjuicio de la Historia para la vida” la Ciencia, según Nietzsche termina por sufrir los mismos problemas que provoca la inmadurez. El Hombre actual no es capaz de digerir adecuadamente la superabundancia de conocimiento. El ser humano engulle el Saber sin hambre y sin necesidad. La consecuencia de todo ello es que termina empachado. Así pues, el conocimiento permanece dentro del individuo de una manera caótica. La Interioridad es, en el individuo moderno y deformado, el conocimiento desordenado que se aloja dentro de él sin que le sea posible salir afuera. De ahí que la formación moderna no sea algo vivo. Es, sencillamente, una simple elaboración alrededor del saber sin nada en común con la formación auténticamente activa y vital. Esta característica precisamente es la que separa al Hombre moderno del Hombre griego. La formación actual puede considerarse un manual de formación interna para la barbarie externa. La explicación de este fenómeno es sencilla: al no existir una unidad entre la interioridad y lo externo, el hombre no puede desprenderse de lo sobrante (überreichlich) sin que por otra parte pueda tampoco digerirlo. La enseñanza, el adoctrinamiento (die Belehrung) no se convierte en vida. Al no producir efectos hacia fuera, el individuo cae en lo que Nietzsche denomina la confusión (Wust) de lo aprendido. El resultado de todo ello es que el individuo se acostumbra a no tomar la realidad en serio. Lo real, lo existente, le impresiona cada vez menos. Ello le convierte en una personalidad débil y confusa, que oscila entre considerarse el primer hombre o el  último. De cara al exterior es cada vez más cómodo e indiferente. La ruptura entre Contenido y Forma consigue hacerle perder el sentido de la frontera con la barbarie.


La infantilización y la pérdida de los instintos potencian el cinismo y la demagogia.

A medida que el instinto creador se debilita, el individuo se acostumbra a utilizar la ironía sobre sí mismo. Dicha ironía termina desembocando en el cinismo. Ahí madura siempre una práctica egoísta que paraliza la fuerza de la vida hasta terminar destruyéndola.

Los individuos dejan de confiar en sí mismos y buscan máscaras bajo las que ocultarse, bien sea como hombres cultos, poetas o políticos. Si se desenmascaran sólo quedan remiendos. Se habla de personalidades libres y no se ven ni personalidades ni seres libres, sino únicamente hombres miedosos encubiertos bajo el concepto de “Seres Universales”. El individuo se ha refugiado en sí mismo. De la Historia sólo salen historias, pero ningún suceso.

Por su parte, lo que Huxley le reprocha al cínico es que se condene a sí mismo a experimentar sólo una mitad del mundo ignorando que hay más experiencias que las puramente corporales.

(“Point Counter Point” Pg.80) ‘A great artist’ (…) is a man who synthesizes all experience. The cynic sets out by denying half the facts –the fact of the soul, the fact of ideals, the fact of God’ (…) ‘The cynic confines himself to only half the world of possible experience. Less than half.  For there are more spiritual than bodily experiences.’

En lo que a la demagogia respecta, ésta nace tanto de la falta de madurez de la colectividad, puesto que los instintos del pueblo según Nietzsche se distorsionan (gestört) como de la trivialidad conceptual que las palabras formulan. En lo que al Humanismo se refiere, Huxley afirma que tiene como herramienta esencial las palabras. El hecho de que esas palabras expresen la misma vaciedad de pensamiento que mostrarán muchas de las experimentaciones científicas después, conlleva como consecuencia el triunfo del cinismo en la personalidad  y la demagogia en el ámbito político. “Donde no tengas una idea, pon una palabra.”, había sido el consejo de Mefistófeles a Fausto. Lo terrible es que ahora esas palabras vacías de contenido experimentan gracias a los medios de comunicación de masas una difusión nunca antes conocida. El vacío intelectual se extiende a medida que las palabras se disecan y pasan de ser instrumentos de reflexión a convertirse en armas de propaganda.

Por otra parte, no sólo la palabra es susceptible de ser utilizada como método de influencia en las masas. Desde las primeras líneas de su obra ha dejado Huxley constancia de la superioridad que los elementos estéticos han adquirido sobre las ideas a pesar de tener poco o nada en común con el verdadero Arte. La insoportable voz de Marjorie, por ejemplo, es su mayor obstáculo para ser aceptada en una sociedad a la que no le importa tanto lo que se dice sino cómo se dice. Por el contrario, la voz de Webley constituye uno de los motivos de su triunfo.

(“Point Counter Point” Pg. 447) His voice took you in the solar plexus.

Huxley, al igual que el comunista Illidge, es consciente de la importancia cada vez mayor de la imagen y de la capacidad de manipulación de los medios. Sabe que los rasgos externos - una voz clara y un porte elegante y solemne - contribuyen a lograr el éxito más que la verdad por sí misma. En el mundo físico es posible separar el todo en partes, pero Huxley, en boca de su protagonista Philip, duda de que esto sea posible en un mundo ético que además  se ha transformado en estético. Son  los atributos externos los que determinan el “Todo” de Everard Webley, el jefe de los llamados Británicos Libres, un movimiento de ideología totalitaria. Según relata Huxley en la página 445 de “Point Counter Point”, en la foto del Sunday Pictorial, Everard aparece subido a un caballo blanco, lo que le confiere una pose noble y majestuosa. Philip conoce el contenido demagógico que entrañan las teorías políticas de Everard. Sin embargo, viéndolo allí nadie sospecharía el peligro que representa.

Huxley no oculta su pesimismo en lo que al futuro desarrollo total del ser humano se refiere. La falta real de interés sincero y profundo por el saber no puede achacarse exclusivamente a una clase social. Afecta por igual a todos los niveles de la sociedad. Así, por ejemplo, cuando Lord Edward abandona su cuarto de trabajo para ir a escuchar la música, las objeciones de su ayudante Illidge no se deben al interés en la investigación que en ese instante están llevando a cabo. Si Lord Edward siente una mediana inclinación hacia la música, la belleza de los sonidos deja indiferente a Illidge al que únicamente preocupa el no ir adecuadamente vestido para la celebración del salón.

Como ya he dicho antes, Huxley no termina de creer que las clases socialmente inferiores puedan servir de motor regenerador de la sociedad. Les falta el poder económico, la tradición y la moral individual que el conocimiento exige. No niega que amparándose en la masa puedan promover revueltas, pero les falta “la ética del uno”. Lo cierto es que en su opinión, las diferentes posiciones políticas –capitalismo, socialismo, comunismo- tampoco representan ninguna solución puesto que cada una de ellas persigue el mismo fin: el progreso.

El progreso y la industria

Y el progreso va, como ya vimos en otro blog anterior, en una única dirección: la industrial. Huxley y otros pensadores de su época, como Bertrand Russell, están convencidos de que uno de los elementos clave sobre los que se asienta la estructura industrial es la organización de la sociedad.

-          La organización conduce, por un lado, a la domesticación del individuo.

(“Point Counter Point” Pg.121) ‘Even the War’ (…) ‘It was a domesticated outrage. People didn’t go and fight because their blood was up. They went because they were told to; they went because they were good citizens, “Man is a fighting animal’ (…) ‘But what I complain of is that he’s a domestic animal” (…) It’s factories, it’s Christianity, it’s science, it’s respectability, it’s our education’ (…) ‘They weight on the modern soul. They suck the life out of it.’

-          Por otra parte, el funcionamiento organizado de la sociedad que el desarrollo de la técnica exige, conduce a la uniformización del pensamiento tanto como a la falta de libertad de la que el intelecto precisa para formarse adecuadamente.

Si Nietzsche intuía los peligros que la tecnología entrañaba, la generación de Huxley habrá de enfrentarse realmente a ellos y en unas proporciones que ni tan siquiera el “exaltado” escritor alemán había sido capaz de imaginar. En efecto, las investigaciones tecnológicas van encaminadas esencialmente a la consecución de objetivos, con lo cual toda la sociedad –de un modo u otro- ha de organizarse en función de este ideal.

En este sentido, la mejoría de las condiciones de vida se convierte, llegado un cierto punto, en un boomerang contra el propio individuo puesto que ese individuo, que ha descuidado el desarrollo de sus instintos en aras de la intelectualidad, ya no tiene la necesidad de desarrollar sus propias potencias.

-           El trabajo ya no puede ser fuente de liberación, como lo había sido para Goethe y Nietzsche. Ambos autores coincidían en afirmar que el trabajo y el esfuerzo constituyen la fuente de la que nace la purificación del ser humano.

En los últimos versos de la segunda parte de “Fausto” Goethe escribirá: “a quien siempre se esfuerza con trabajo/ podemos ayudar y redimir”  y Nietzsche en “Utilidad y Perjuicio de la Historia para la vida” afirma que la grandeza no depende del triunfo y cita como ejemplo a Demóstenes que era un ser excelente aunque no hubiera alcanzado el éxito. Esta forma de pensar será compartida por otros escritores, como Anton Tschechow (1860-1904). Para este autor el trabajo es el único factor que permite dar sentido a una existencia que en sí misma no lo tiene.

El trabajo como símbolo de esfuerzo ha perdido su valor tanto a nivel de producción como a nivel moral.

Esta imposibilidad se debe a que el trabajo se ha automatizado y se ha configurado como trabajo en cadena. El individuo no puede, por tanto, aportar ningún elemento personal. El artesano se convierte en operario; es decir, en un tornillo más de la fabricación que en cualquier momento puede ser sustituido sin que por ello varíe el resultado final del producto. El trabajador es una pieza más del engranaje y ha de “funcionar” bien si quiere mantenerse dentro del organigrama en el que se ha convertido la sociedad.

Las extravagancias y excentricidades no estarán bien vistas dentro de ese nuevo esquema. Justamente este punto es el que separará a Huxley de los movimientos comunistas. A su modo de ver, la ideología marxista no intenta cambiar esta estructura industrial sino que simplemente pretende introducir en ella la dictadura de una determinada clase: la del proletariado, negando además la posibilidad de cualquier comportamiento diferente al admitido - ya haya nacido éste del humor o de la genialidad. Así Illidge, el personaje comunista que aparece en “Contrapunto”, asegura que si Lord Edward no tuviera los millones que tiene, habría acabado en un manicomio.A juicio de Huxley, dicha afirmación no el del todo exacta. Sin duda alguna, en las reuniones sociales se practica el disimulo y la falsedad además de jugar con las apariencias. Pero entre la hipocresía que las convenciones sociales reclaman y la obligación de seguir el comportamiento que imponen las directrices de un determinado partido político (o religioso), hay una gran diferencia. Del mismo modo a veces no resulta fácil delinear la frontera que separa la locura de la genialidad. No obstante, entre la excentricidad de Lord Edward y la locura patológica existe un abismo que la envidia social de Illidge le lleva a ignorar. Es el empeño de Illidge en llevar cualquier conducta al terreno de lo económico lo que molesta a Huxley.

Compartimentos estancos

Para conseguir que los individuos puedan seguir manteniendo sus instintos creativos y sociales, Huxley propone explicarles que deben separar sus horas de trabajo del resto de su vida. Es decir, han de aceptar que a lo largo de las ocho horas que dura su jornada laboral han de ser imbéciles y trabajar sin esperar que el trabajo tenga ningún sentido ni aporte nada a su existencia mientras que, en cambio, durante su tiempo libre han de esforzarse por desarrollarse como hombres. Según Huxley, para impedir su transformación en “ser inhumano” en una sociedad como la nuestra, el individuo tendría que estructurar su existencia en dos compartimentos absolutamente impermeables y separados. En el uno, su personalidad ha de soportar la enajenación; en el otro, ha de desarrollarse libremente.

(“Point Counter Point”Pg.393/394) The root of the evil’s in the individual psychology; so it’s there, in the individual psychology, that you’d have to dualistically, in two compartments. In one compartment as industrialize workers, in the other as human beings. As idiots and machines for eight hours out of every twenty-four and real human beings for the rest.’

‘Don’t they do that already?’

 ‘Of course they don’t. They live as idiots and machines all the time, at work and in their leisure. Like idiots and machines, but imagining they’re living like civilized humans, even like gods. The first thing to do is to make them admit that they are idiots and machines during working hours. (…) Admit it’s dirty, hold your nose and do it for eight hours and then concentrate on being a real human being in your leisure. A real complete human being. Not a newspaper reader not a jazzer, not a radio fan. The industrialists who purvey standardized ready-made amusements to the masses are doing their best to make you as much of a mechanical imbecile in your leisure as in your hours of work. But don’t let them. Make the effort of being human. (…) You’ve got to persuade everybody that all this grand industrial civilization is just a bad smell and that the real, significant life can only be lived apart from it. It’ll be a very long time before decent living and industrial smell and that the real, significant life can only be lived apart from it. It’ll be a very long time before decent living and industrial smell can be reconciled. Perhaps, indeed, they’re irreconcilable.


Sin embargo, el propio Huxley es consciente de que esta solución no es fácil de adoptar ni asegura necesariamente los resultados pretendidos. Ello se debe en primer lugar a las estructuras creadas por la industrialización. Goethe, Nietzsche, Huxley, Russell, y en general todos los pensadores desde la Ilustración, habían observado que la Razón al tiempo que hace más humano al hombre, lo hace también más inhumano. El transcurrir de la Historia confirma sus miedos. La misma técnica que  ha liberado a los individuos del nada bucólico trabajo de la tierra, es la misma que los conduce inexorablemente a las guerras más sangrientas y a la violencia más cruel jamás antes padecida. La misma Razón que le lleva a potenciar sus facultades como persona le exige dedicar grandes recursos naturales para construir la sociedad racional que ha llegado a ser sinónimo de industrial. Los mismos libros y los mismos estudios que le ofrecen la libertad como individuo, le despojan de ella al introducirlo en unos esquemas rígidos y una forma de vida férreamente discipl

inada a fin de asegurar la existencia de la sociedad industrial. Si las ventajas que ofrece una cultura así organizada son cuestionables, los estragos no dejan lugar a dudas. Tal tipo de sociedad necesita una estructura esclavista para poder mantenerse en el tiempo. Uno de los primeros en observarlo fue Nietzsche.

(“Die Geburt der Tragödie” S.83) „Man soll es merken: die alexandrinische Kultur braucht eine Sklavenstand, um auf die Dauer existieren zu können.“

Así pues, las graves consecuencias que la industrialización provoca son,

-          en primer lugar, la pérdida de libertad del sujeto, consecuencia de la estricta organización que dicha sociedad requiere. A la larga, un sistema disciplinado sólo puede degenerar en dictaduras y fascismos sin que nadie que esté dentro de la sociedad industrial pueda hacer nada por evitarlo.

En “Contrapunto” será el derrotado Spandrell el verdadero artífice de la libertad. Con ello Huxley vuelve a remarcar lo ya afirmado por Nietzsche: que no “los hombres” sino “el hombre” es el héroe. Spandrell, conocido por su conducta asocial a consecuencia del trauma que le provocó en su adolescencia el matrimonio de su madre - será el artífice que liberará a Inglaterra del peligro del fascismo. Tal vez sea Spandrell el último hombre del que hablaba Nietzsche. ¡Quién sabe! Los héroes son aquellos que se mueven en la peligrosa línea que une, al tiempo que separa, el mundo racional del emocional.

-          Al peligro que representa un exceso de organización para el mantenimiento de la libertad en la sociedad, hay que unir, en segundo lugar, el de la uniformización y vulgarización de los comportamientos de la sociedad que la llevan a transformarse en una sociedad de masas que promueve la masificación de las diversiones y el sentimiento hedonista.

Las diversiones en tanto que enfocadas a ser consumidas por las masas, han dejado de servir al desarrollo de la personalidad y se vuelven en contra del individuo. “La sociedad de clases” se ha transformado en una “sociedad de masas”. Es por ello por lo que Huxley advierte contra los periódicos tanto como contra la música de jazz. Si los periódicos son la canalización de las ideas de los diversos grupos de poder, el jazz simboliza la uniformización y vulgarización de los gustos a la hora de divertirse.

Nietzsche consideraba que el hombre moderno era un simple espectador y por tanto lo que aprendía no se transformaba en vida. El hombre moderno se había convertido, a su juicio, en degustador (genießenden) y en espectador deambulador (herumwandelnden Zuschauer). Las diferentes ideas habían dejado de ser diferentes dando paso a la “opinión pública. De este modo, las opiniones terminaron por convertirse en ciencia y los periódicos en libros de texto cuyos hechos varían con cada nueva edición. Del tema del falseamiento de los hechos y de la historia se ocupará también George Orwell en su obra “1984”, publicada en 1948.

La conclusión común de estos autores es que los adelantos y el progreso no traen una mayor y mejor cultura sino más bien todo lo contrario: una vulgarización de la misma. Si en música es el jazz, en el arte pictórico es el cubismo.

(“Point Counter Point” Pg. 396) ‘And the whole thing painted in the cubist manner,’ said Rampion; ‘so as to make quite sure that there should be no life in it whatever. Nothing like modern art for sterilizing the life out of things. Carbolic acid isn’t it.

La mediocridad termina irremisiblemente por envolver cada uno de los aspectos de la realidad social, cultural y moral. Al decir de Nietzsche, los carreteros han firmado entre ellos un contrato de trabajo y han decretado al genio como innecesario, a fin de que cada carretero pueda ser considerado genio. En definitiva, los hombres cultos (Gelehrten) sólo pueden ascender en la medida en que son masa (Pöbel) y no cultos. (Gelehrte)

Huxley está de acuerdo con Nietzsche. En su opinión la sociedad industrializada tiene todos los defectos de una sociedad excesivamente intelectualizada y ninguna de sus virtudes. La necesidad de efectividad impone la necesidad de una organización en la que la genialidad individual ya no tiene cabida.

(“Point Counter Point” Pg. 395) For the only thing they’re all agreed on excellence of the industrial stink and the necessity of standardizing and specializing every trace of genuine manhood or womanhood out of the human race.

The whole of modern civilization is based on the idea that the specialized function which gives a man his place in society is more important than the whole man, or rather is the whole man, all the rest being irrelevant or even (…) positively harmful and detestable. The low-brow of our modern industrialized society has all the defects of the intellectual and none of his redeeming qualities.

La crítica que Nietzsche y Huxley del exceso de Razón, no significa que sus tesis defiendan la preeminencia de las emociones. Ambos autores insisten una y otra vez en la necesidad de alcanzar un equilibrio entre estos dos elementos porque sólo actuando en armonía puede un hombre ser verdaderamente hombre.

Aunque muchos críticos están convencidos de que Nietzsche dio primacía al mundo dionisiaco, lo cierto es que tal postura sólo aparece como forma de liberación de la prepotencia racionalista. Su intención es, en realidad, alcanzar un equilibrio entre ambas formas de entender el mundo.

La solución que adopta Huxley es la misma que la de Nietzsche. Si fuera la parte emocional la que predominara eso nos convertiría en lunáticos (“Point Counter Point” Pg.155). Es imprescindible, por tanto, comprender al individuo a la manera griega. Esto es: como un equilibrio entre el elemento racional y el emocional (el elemento apolíneo y el dionisiaco, que diría Nietzsche) porque la acción conjunta de ambos es lo que define el término “ser humano” y lo que permite la existencia de la civilización.

(“Point counter Point”. Pg. 135) ‘Blake was civilized’ (…) civilized. Civilization is harmony and completeness. Reason, feeling, instinct, the life of the body – Blake managed to include and harmonize everything. Barbarism is being lop-sided

(“Point Counter Point” Pg. 135) He spoke of the Greeks (… (“Point Counter Point” Pg. 136) ‘They were civilized’ (…) they knew how to live harmoniously and completely, with their whole being.

Sin embargo este equilibrio final es difícil de conseguir. Nietzsche en “El nacimiento de la tragedia” afirmará que este equilibrio no resultará nada fácil.

A su juicio, la única figura capaz de participar de los dos mundos sin caer presa de ninguno de ellos es la del héroe. Corresponde a la naturaleza de los héroes, como ya antes apuntábamos, mantenerse en la estrecha y compleja línea que separa ambas zonas, participando al mismo tiempo de las dos.

El Héroe es el hombre capaz de participar al mismo tiempo del mundo racional “apolíneo” y del mundo emocional o “dionisiaco”. La figura que elige Nietzsche es la de Prometeo, que toma de Apolo la individualización y los límites de la Justicia, pero por otro, en tanto que traspasa esos límites y quiere más, es dionisiaco.

(“Die Geburt der Tragödie” S. 51) „Und so möchte das Doppelwesen des äschyleischen Prometheus, seine zugleich dionysische und apollinische Natur in begrifflicher Formel so ausgedrückt werden können: „Alles Vorhandene ist gerecht und ungerecht und in beidem gleich berechtigt.

Nietzsche contrapone la figura del héroe a la del esclavo. El esclavo encarna al hombre que no se esfuerza porque no tiene ningún ideal, ninguna aspiración. El hombre para el cual el pasado y sobre todo el futuro no tienen ninguna importancia. Tolstoi en su libro “La sonata a Kreutzer” (1889) escribe que la eternidad la necesita el que quiere hacer algo y a continuación se pregunta de manera retórica para qué va a querer la eternidad aquél cuya única preocupación es la mera existencia. Si Nietzsche se lamenta de la falta de ánimo del esclavo, Huxley criticará el nuevo principio de autoridad: el principio de la organización. Este principio pretende regular la sociedad en todos y cada uno de sus ámbitos. Irónicamente afirma que si los poemas son tan malos es porque la industria de la poesía no está bien organizada. Incluso el amante impotente se excusa ante su indignada amada afirmando que la próxima vez, ella le encontrará con su organización perfecta!

(„Die Geburt der Tragödie“ S. 56) (...) die Heiterkeit des Sklaven, der nichts Schweres zu verantworten, nichts Großes zu erstreben, nichts Vergangenes oder Zukünftiges höher zu schätzen weiß als das Gegenwärtige.

(“Point Counter Point” Pg 442) ‘Not well enough organized’ Spandrell went on contemptuously. ‘At least you’re modern in your excuses. The great god organization. Even art and love will soon be bowing down like everything else.  Why are your verses so bad? Because the poetry industry isn’t well enough organized. And the impotent lover will excuse himself in the same way and assure the indignant lady that, next time, she’ll find his organization perfect.

Lamentablemente, los verdaderos héroes siempre han sido escasos en número. Por otra parte, Nietzsche distingue entre los héroes como Prometeo y los héroes como Adán. El primero se enfrenta a pecho descubierto contra los obstáculos negadores de la elevación del ser humano, el otro intenta ocultarse. Brecht hubiera hecho notar a su compatriota que el engaño se hace necesario en un mundo donde el individuo no dispone de suficientes fuerzas para oponerse a la dominación de los dioses y tiranos. Su anti héroe Galileo ha visto cómo se condenaba a morir en la hoguera a Giordano Bruno por demostrar verdades científicas que no coincidían con la doctrina imperante de la Iglesia. Galileo es consciente de que el uno nunca dispone de bastante fuerza para liberarse por sí mismo de la subyugación. Se impone por tanto cualquier treta –negación de la verdad incluida- para salvar  lo único que verdaderamente un individuo posee: la vida.

ACTUALIDAD

Hasta aquí una visión general de los problemas que ocupan a los pensadores desde finales del siglo XVIII hasta llegar prácticamente a nuestros días. Prefiero el término “pensadores” al de “intelectuales” por las connotaciones de esfuerzo y actividad individual que conlleva.

He de confesar, que si algo me impresiona eso es lo poco que nuestra sociedad ha cambiado desde los tiempos de Goethe. Ciertamente disfrutamos de mayores comodidades y las posibilidades de viajar han aumentado considerablemente. Las distancias entre las diferentes clases sociales han disminuido y aunque la crisis que padecemos en este momento hace temer a muchos por la desaparición del “Estado del Bienestar”, lo cierto es que una gran mayoría europea sigue beneficiándose de sus ventajas.

El verdadero reto continúa siendo el de la formación y desarrollo de la personalidad del individuo mismo. Nos creemos únicos y libres cuando en realidad la uniformización y el control se apoderan cada vez más de las riendas de la sociedad. Las diversiones en masa ocupan la mayor parte de nuestras horas libres. En España, el paro juvenil ha dado lugar a la aparición de una generación denominada “ni-ni,” que viven con sus padres y que ni estudian, ni trabajan, en vez de dar paso a una generación de artistas y literatos, que aprovechen el tiempo en desarrollar y potenciar sus facultades creativas. En parte, porque, como ya lamentó Nietzsche en su día, ni ellos mismos saben muy bien de qué fuerzas disponen. La popularización del saber no trae un mayor conocimiento ni una mayor reflexión sino simplemente un mayor  deseo de adquirir y consumir novedades.

La rapidez en los adelantos técnicos se ha expandido a los otros aspectos de la vida. La velocidad simboliza para los jóvenes como Lucy la falta de cadenas, la libertad absoluta. No se puede pertenecer a un sitio en el que uno tan apenas se detiene; no pueden existir conflictos emocionales con personas por las que uno pasa sin asentarse. Del mismo modo, el Saber deja de ser un plato exquisito porque su elaboración requiere demasiado tiempo.

(“Point Counter Point” Pg. 267) ‘Romantic, romantic!’ she jeered. ‘You think in such an absurdly unmodern way about everything. (…) Try to be a little more up to date.’

‘I prefer to be human.’

‘Living modernly’s living quickly,’ she went on. ‘You can’t cart a wagon-load of ideals and romanticisms about with you these days. When you travel by aeroplane, you must leave your heavy baggage behind. The good old-fashioned soul was all right when people lived slowly. But it’s too ponderous nowadays. There’s no room for it in the aeroplane.’

‘Not even for a heart?’ asked Walter. ‘I don’t so much care about the soul.’ He had cared a great deal about the soul once. But now that his life no more consisted in reading the philosophers, he was somehow less interested in it. ‘But the heart,’ he added, ‘the heart…’

Lucy shook her head. ‘Perhaps it’s a pity,’ she admitted. ‘But you can’t get something for nothing. If you like speed, if you want to cover the ground, you can’t have luggage. The thing is to know what you want and to be ready to pay for it. I know exactly what I want; so I sacrifice the luggage. If you choose to travel in a furniture van, you may. But don’t expect me to come along with you, my sweet Walter. And don’t expect me to take your grand piano in my two-seater monoplane.’

“¿Cuál es el punto?”, repetirá Lucy una y otra vez en “Contrapunto”, sin paciencia ni interés para escuchar el hilo conductor de un argumento.

(“Point Counter Point” Pg. 356) Descriptions are slow. A face is instantaneously perceived. A word, a single phrase –that was one need. (…) No long-winded description. (….) ‘All the same,’ he same thought, ‘it’s too literary. Too much culture.’

Los axiomas en los que los nuevos tiempos se asientan son la rapidez y el consumismo, favorecido por el aumento de la producción. En 1983, Gilles Lipovetsky en su obra “La era del vacío”, denunciaba que si hoy en día los jóvenes no leen, ello no se debe a una falta de libros sino a todo lo contrario. La inflación de posibilidades es el mayor obstáculo para despertar el interés. Algo parecido había señalado ya Huxley en “Contrapunto”, cuando lamentaba que a los niños se les daban demasiadas cosas demasiado pronto.

(“Point Counter Point” Pg.62) ‘Children are brought up so stupidly nowadays. No wonder they’re cynical’ (…) Children were given too much, too early.

El peligro de la deshumanización, porque no otra consecuencia es lo que genera la destrucción del instinto creador, es la amenaza a la que hay que hacer frente si la Humanidad como tal no quiere desaparecer. El desarrollo tecnológico introduce cambios radicales en la organización de la sociedad que afectan a la sustancia misma del individuo. La desesperación de Huxley se acrecienta a medida que observa que la transformación – y consecuente extinción del individuo- se hace irreversible y todo, dirá, porque los moralistas, espiritualistas, técnicos, literatos, políticos y todos los demás no han sabido ver que un hombre ha de vivir como un hombre y no como un monstruo de la razón o del sentimiento espiritual.

(“Point Counter Point”Pg.274) ‘I must say, I resent being condemned to extinction because these imbeciles of scientist and moralists and spiritualists and technicians and literary and political uplifters and all the rest of them haven’t the sense to see that man must live as a man, not as a monster of conscious braininess and soulfulness. Grr! I’d like to kill the lot of them.’

Huxley se acerca, pues, a las posiciones que desde el siglo anterior sostenían ensayistas, como Nietzsche, y novelistas, como Collins. Ninguno de ellos pretendía destruir las premisas racionales sobre las que se asentaba la Ilustración, ni extirpar el interés por los estudios históricos, arqueológicos y artísticos que la corriente Romántica había despertado. Sus aspiraciones iban encaminadas, más bien, a mostrar las aberraciones en las que ambos movimientos habían caído, a advertir de los peligros que entrañaban y a luchar por armonizar esos dos elementos que se mostraban hacia el exterior como contrarios. Sus obras se dirigen especialmente al declive espiritual de que adolece la sociedad culta de su tiempo. Como ya anticipaba Nietzsche en las primeras páginas de su obra “El nacimiento de la Tragedia” se trata de ir contra el vulgo profano de los cultos más que contra el pueblo.

(„Die Geburt der Tragödie“ S. 11) (...) ein hochmütiges und schwärmerisches Buch, das sich gegen das profanum vulgus der „Gebildeten“ von vornherein noch mehr als gegen das „Volk „ abschließt, (...)

Lo terrible es descubrir que no nos hemos liberado de los fantasmas del pasado sino que seguimos siendo sus prisioneros y que cuanto más a salvo nos creemos, mayor es nuestro encadenamiento.

(“Point Counter Point” Pg.169) ‘you get revolutions occurring inside as well as outside. It’s poor against rich in the state. In the individual, it’s the oppressed body and instincts against the intellect. The intellect’s been exalted as the spiritual upper classes; the spiritual lower classes rebelles.

Quizás sean ciertas las sospechas de Russell y se requieran cientos de años antes de alcanzar una regeneración individual y social capaz de obtener nuevos logros. Quizás la barbarie y el primitivismo sean necesarios para reponer la energía que precisa la construcción de una nueva y vigorosa sociedad.

(“The Prospects of Industrial Civilization”Pg.59) Possibly that may be in the long run the more desirable alternative. It may be that the debris of our old civilization will require centuries to decay before there is room for anything new to grow up. It may be that civilized life has exhausted men’s vigour and initiative, in which case a long period of primitiveness and uninhibited instincts may be required to restore the energy needed for fresh construction.

En cualquier caso e independientemente de sus ideas políticas -de las que beben erróneamente muchas de las teorías de la conspiración, porque las ideas del autor británico no van dirigidas a promover una ruptura social ni a prevenir contra escenarios catastrofistas sino a apoyar un socialismo científico, esto es: un socialismo internacionalista y hasta cierto punto burgués -  su consejo de que las generaciones actuales deben pensar más en el futuro que en el presente y menos en sus vidas que en las que están por venir, sigue conservando su absoluta vigencia.

(“The prospects of Industrial Civilization”Pg115) It is an age in which we have to think less of the present than of the future, less of the lives of our generation than of the lives they are preparing for the generations to come.

***********************************

Nota.

(*) “(…) en “Las penas del Joven Werther”, (1774) Goethe critica las poses melancólicas y autodestructivas a las que el exceso de sentimentalismo arrastra (…)”

No pensarán ustedes (aunque sí lo hacen muchos críticos) que un humanista y “grand vivant” como Goethe, que aprovecha una “crisis espiritual” para marcharse a Italia y a lo largo de toda su vida se esfuerza por combinar su trabajo como funcionario con los viajes, sin olvidar los romances y la buena mesa, estaría de acuerdo en mistificar –ni siquiera literariamente- a una figura como Werther, que se ahoga en el pequeño vaso de los sentimentalismos inútiles, estrechos e irrespirables. Estoy convencida de que en su fuero interno el propio Goethe no entendió nunca porque su amigo Karl Wilhelm Jerusalem se suicidó. Sobre todo en una época en la que él mismo sufría de amores – lo que no le impedía seguir disfrutando de los pequeños placeres que toda existencia sirve junto con las penas en la bandeja de la vida.

“¡Suicidarse por amor! ¡Qué gran necedad!” es la reacción que desde mi punto de vista habría esperado el gran escritor alemán cuando publicó su Werther. Sin embargo, no sólo no sucedió nada de eso sino que su obra alcanzó tal éxito que algunos incluso decidieron quitarse la vida después de su lectura. A Goethe no le quedó más remedio que publicar unos años más tarde, en 1809, “Las afinidades electivas” para que sus sensibles contemporáneos entendieran la sabiduría que encierra la genial (aunque vulgar) frase de: “El muerto al hoyo y el vivo al bollo.”

Fin de la Nota

                                         ***************************

Isabel Viñado-Gascón

La próxima semana aparecerá:
VI/ "Contrapunto" (1928) Aldous Huxley. Huxley y las fuerzas oscuras del romanticismo. La era de los nacionalismos y la mística.

window.setTimeout(function() { document.body.className = document.body.className.replace('loading', ''); }, 10);