The Cambridge Handbook of Western Mysticism
and Esotericism
Edited by Glenn Alexander Magee.
Long Island University. Cambridge 2016
Este libro constituye en realidad una de esas insustituibles guías para los
lectores que se adentran en los intrincados laberintos del misticismo y
esotericismo.
Gracias a libros como éste, el lector interesado en el tema obtiene una
información enormemente útil e interesante para proseguir el viaje, sabiendo en
cada momento en dónde se encuentra y adónde conducen las diversificaciones que se
le presentan. Cualquier sinopsis únicamente sería una repetición de lo que ya se
dice en sus páginas.
Así pues, esta vez me niego a realizar el resumen de una obra que no sólo
está magníficamente estructurada, sino que además muestra y enseña la orientación
correcta a todos aquellos que desean lanzarse al peligroso pero emocionante
viaje del misticismo y del esotericismo sin perderse en el intento. No hay que
olvidar que dichas sendas habitualmente poco conocidas son muchas veces
explicadas por lunáticos y temerarios que intentan convertir sus mundos en el
mundo y su realidad en la realidad.
Lean la obra. No quedarán defraudados. Los que no tienen ninguna noción del
tema descubrirán en ella un manual introductorio que explica claramente cada
uno de los temas que trata, y los que ya poseen un cierto nivel podrán ampliar
su conocimiento y profundizar en aquellas cuestiones que más les interesan,
gracias a la numerosa bibliografía que aporta, no sólo a lo largo de la
exposición sino con un apartado propio al final y que está concebido
expresamente para este fin: el de continuar el estudio y aprendizaje.
El libro está estructurado en cinco bloques. Los cuatro primeros se han
dividido según periodos históricos: 1. La Antigüedad; 2. La Edad Media: 3. El
Renacimiento y la Modernidad primera; 4. El siglo XIX y siguiente. El bloque
quinto trata temas comunes, como son la alquimia, la astrología, gnosis, magia,
esotericismo matemático, panpsiquismo, sexualidad. Al final aparece sugerencias
para una posterior lectura y un index.
Cada uno de estos bloques contiene a su vez diferentes capítulos firmados
por distintos autores especializados en la materia, de reconocido prestigio y
renombre. Así pues, a la calidad se une la facilidad para que el lector interesado
en un tema concreto lo encuentre rápidamente.
A partir de aquí la introducción objetiva. Lo que a continuación viene son
reflexiones sumamente personales. El primero hace referencia a la obra y el
segundo son observaciones personales acerca de nuestra sociedad. Como de
costumbre mi advertencia de que mis comentarios son absolutamente individuales.
Utilizo mi blog a modo de reflexión y por tanto no me sujeto ni a tiempos ni a
cantidades.
COMENTARIO PERSONAL A LA OBRA
Se trata de otra forma de adentrarnos en lo que tradicionalmente se conoce
como cultura occidental para mostrar que el esotericismo y el misticismo lejos
de constituir una sabiduría apartada u oculta forman parte de ella y son al
mismo tiempo fuente de nuevas ideas y consecuencia de las ya anteriores por
aquello de que ninguno de nosotros es ni el primer hombre ni el último. Todos
partimos de un edificio en construcción que quizás admita profundas reformas,
pero nunca una demolición total. En este sentido no es erróneo hablar de una “Prisca
teología” o una “Filosofía Perenne.”
Que se titule “(…) of Western Mysticism and Esotericism” me parece
personalmente sumamente acertado por dos motivos.
En primer lugar, porque la cohesión que había caracterizado a la cultura
occidental pese a sus numerosas divergencias y a sus innumerables corrientes,
se rompe justamente cuando los primeros teosofistas, - Helena Blavatsky es la
más conocida, pero no es la única -, utilizan los descubrimientos arqueológicos
y el interés europeo por culturas distintas a la suya propia para introducir un
saber enormemente deformado se mire como se mire. Desde el punto de vista asiático
(hindú/budismo) porque resulta sumamente complicado para un occidental entender
las nociones herméticas del pensamiento filosófico-religioso asiático
desde fuera. Y desde el punto de vista occidental porque todos ellos se
empeñaron en forzar un sincretismo que resultaba imposible debido a que los
cimientos que sostenían a ambos tipos de pensamiento (el occidental y el
asiático) eran sumamente distintos, lo cual únicamente introdujo una confusión en
el pensamiento esotérico occidental causado en gran parte por el empeño en
limar y encubrir cualquier diferencia que se encontrara con el pensamiento
asiático. Eso sin olvidar que el
pensamiento religioso-filosófico asiático, al igual que le sucede al
occidental, tampoco constituye un bloque monolítico.
El resultado de todo este desvarío ha sido un eclecticismo que ha destruido
mucho y que ha terminado convirtiendo el poder mental y el control del cuerpo
en técnicas y estrategias dirigidas no a fortalecer el espíritu sino al
marketing, al aumento de éxito social y en definitiva al sostén de un
pensamiento materialista, incluso en lo que de inmaterial tiene.
En segundo lugar, y derivado de lo anterior, porque nos introduce en el
estudio, el aprendizaje y el saber de una cultura que muchas veces por aquello de
ser “nuestra” ha sido despreciada e ignorada hasta el punto de que ya ni
siquiera la conocemos. Fundamental además es que la cultura occidental es mucho
más que judeo-cristiana. Es también árabe, helénica, romana, bizantina. Las
numerosas guerras de religión que ha sufrido han sido siempre dentro de un
marco tan común como bien definido.
Una crítica que me interesa hacer aquí es la ausencia del nombre de
Heráclito, no sólo en esta obra sino en otros manuales del mismo tipo que a mí,
honestamente, me parece una figura de una importancia incuestionable.