jueves, 23 de agosto de 2012

Una reflexión sobre las teorías de las conspiraciones .EL MUNDO Y YO. (2012) Carlota Gautier


Hace dos semanas recibí una carta de mi amiga Carlota. Me pareció tan interesante que le pedí permiso para publicarla en el blog. Como puede deducirse, su respuesta fue afirmativa.  Tampoco las personas a las que Carlota menciona han puesto objeción alguna a que aparezcan escritos sus nombres y sus ideas. He suprimido, eso sí, los pasajes que tenían un carácter meramente privado. Por lo que al título se refiere: “El mundo y yo”, hace alusión a una película titulada “El rey y yo”. En ella, una institutriz inglesa llega a la corte de Siam y debe enfrentarse a un mundo completamente distinto al suyo.
Aunque al principio ello le ocasiona algunos disgustos con el rey de ese país, el acercamiento de sus respectivas posiciones les permite iniciar una historia de amor. Quizás ese sea también el destino que le espera a Carlota en su relación con el hasta ahora para ella “incomprensible” mundo.

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Querida Isabel:

Algunas personas nacen sabiendo qué es y en qué consiste la vida. He conocido a niños que con siete años ya “estaban-en-el-mundo”. Es decir, dominaban perfectamente el lugar donde vivían. Nada ni nadie les resultaba desconocido. Lo único que les impedía coger las riendas de su vida e independizarse de sus padres era la edad. Tales personas no se han interesado nunca por temas como el sentido de la historia, del derecho o de la moral. Conocen las reglas del juego de la vida y se dedican a jugar. Ni más ni menos. Eso sí: hay que reconocer que su ayuda a la hora de resolver los problemas cotidianos de la existencia resulta inestimable.

Otros, como muy bien sabes, ya se habían dado cuenta con catorce años de que el mundo no es exactamente tal y cómo nos los presentan. El desarrollo de su inteligencia fomentaba, no digo que sin razón, su desconfianza hacia los esquemas establecidos. Sin embargo, muy pocos de ellos fueron activistas políticos. La desconfianza hacia el sistema se extendía a todas las formas políticas y por tanto no creían en la posibilidad de un cambio o tan siquiera de una reforma estructural. La mayoría de ellos prefirió sumirse en el estudio y en la lectura. Para mi asombro, en vez de dirigir sus pasos hacia la Filosofía o la Politología, prefirieron licenciarse como psicólogos, médicos y abogados.

Por mi parte he de confesar que siempre he envidiado a los unos tanto como a los otros. Al día de hoy sigo sin saber en qué consiste la vida. Los libros que he leído me han arrojado aun más si cabe en la perplejidad. No así, sin embargo, en la desconfianza hacia el mundo en que vivo.  Carlos Saldaña, dice que mi falta de recelo no se debe tanto a mi credulidad como a mi absoluta incredulidad hacia todo lo que me rodea. “Ni siquiera cuando preguntas la hora te fías de la respuesta que te dan y vuelves a preguntarla dos veces más.” He de afirmar en mi defensa que Carlos exagera. Tienes que reconocer que siempre fue un tanto misógino.

Te escribo todas estas consideraciones porque desde hace aproximadamente dos meses he estado viendo en You Tube todos los videos habidos y por haber de las diferentes “Teorías de la Conspiración”.

Cuando comenté en público el contenido de tales videos, los amigos del primer grupo hicieron oídos sordos, me pidieron una limonada y siguieron comentando los últimos sucesos acaecidos en la ciudad. No es que no quisieran hablar del tema. Es que no tenían ni idea de qué diantres estaba hablando yo.

Las sonrisas de conmiseración del segundo grupo al expresarles mi sorpresa por la existencia secreta de un “Underground” de magnitud mundial, me resultaron sumamente hirientes. Ajenos a mis sentimientos, se dedicaron a disertar acerca de las nuevas técnicas de manipulación del cerebro.

Seguramente todos ellos tienen razón. Para el primer grupo, lo únicamente real es lo tangible. Lo existente es lo cognoscible. Para los otros, la debilidad de nuestra constitución nos convierte en presas fáciles para los depredadores de nuestra propia especie. Como vencer a dichos depredadores resulta imposible, lo más inteligente es tomar las medidas pertinentes para mantenerse a salvo. Para conseguirlo, lo más efectivo es hacerles creer que tenemos en nuestras manos la solución a sus problemas mentales, sanitarios y judiciales. “Información es poder”, sentenciaron.

En fin, Isabel, lo cierto es que he estado reflexionando al respecto. He reproducido mentalmente todas nuestras conversaciones sobre la necesidad del individualismo y del asociacionismo a pequeña escala, de la importancia del juicio crítico y me pregunto si todo ello sirve o puede servir como muro de contención a lo que parece ser que se nos avecina. Suponiendo que ello sea cierto. La verdad es que tales videos me dejaron una semana literalmente “sin palabras”.  Mi consejo es que si los miras, si decides enfrentarte a ellos, lo hagas desde el distanciamiento intelectual con el que se introduce un antropólogo en la tribu que acaba de venir de descubrir.

Los he visto en francés, español, alemán e inglés. Todos afirman más o menos lo mismo. Muchos son traducciones de videos americanos. Mi impresión, después de semejante maratón visual, auditivo y sobre todo mental, es que podrían dividirse en dos bloques:

La conspiración sobrenatural. Incluye un apartado científico (pseudo-cientifico): o bien los extraterrestres nos invaden o bien el mundo desaparece víctima de las catástrofes naturales. A ello habría que añadir un apartado religioso (pseudo-religioso) tanto en su vertiente positiva: Dios viene a la Tierra debido al Juicio Final; como negativa: el demonio, en forma de Anticristo, conquista la Humanidad.

 

La conspiración política, me resultó más complicada de entender porque engloba las conspiraciones tecnológica y económica, sumamente complejas a su vez.

Su tesis es la existencia de un plan secreto según el cual las élites más poderosas del planeta tratarían de establecer un Nuevo Orden Mundial. Ello significaría la constitución de un poder político central y dictatorial que ejercería el control absoluto. Tal objetivo, afirman, no es actual. De hecho lleva persiguiéndose desde hace siglos. Lo novedoso es que en la actualidad se ha alcanzado lo que parece ser la fase final que exige, por tanto, mecanismos últimos.

Uno de ellos consistiría en la manipulación de los ciudadanos. La puesta en marcha de diferentes tipos de ‘choc” permitirían a los adeptos del “Nuevo Orden Mundial” adoptar medidas que serían consideradas como “lamentablemente imprescindibles” y que la población aceptaría en virtud de la gravedad de la situación a la que habría que hacer frente.

Así el “choc” de una crisis económica mundial ha determinado, afirman, que se haya aceptado la flexibilidad del mercado y del horario laboral: “Trabajar más para ganar menos”.
Como ya ha demostrado la Historia durante la época de los inicios industriales ello conlleva un aumento en las enfermedades de los asalariados, que no disponen del tiempo necesario para cuidarse –puesto que su puesto de trabajo peligra-  así como  un descenso en el número de reivindicaciones, debido al cansancio.

El “choc” del terrorismo por su parte, ha posibilitado el control de la población, que obsesionada como está  por la seguridad no ofrece ninguna resistencia a ser ella misma vigilada. De este modo, la tecnología estaría al servicio de los principios de ese Nuevo Orden Mundial.

Al control del individuo desde el exterior habría que sumar el control de la mente a través de técnicas de manipulación que conseguirían dirigir y controlar el comportamiento del individuo sin que éste se diera cuenta.
Lo que al principio es un “choc” termina convirtiéndose en un estado de hechos que es aceptado como algo natural en la sociedad. Para comprobar la maleabilidad de los ciudadanos se están llevando a cabo, según estos videos, diversas pruebas. La más espectacular de todas ellas: la guerra contra el tabaco, que en realidad sólo pretende medir cuánto tiempo y cuántas energías se gastan en conseguir que la población esté en contra de los cigarrillos y de los fumadores hasta el punto de demandarlos si los sorprenden fumando en un vagón del metro. En realidad, mientras los gobiernos fingen preocuparse por la salud de sus ciudadanos estos están siendo intencionadamente envenenados con sustancias varias para que su capacidad de concentración y su sistema inmunológico se debilite,

Así pues,- dicen estos videos-  los ciudadanos controlados por medio de las técnicas más sofisticadas de lucha contra el terrorismo; debilitados por las horas de trabajo y la escasez de salario que reciben, y manejados gracias a refinados métodos de manipulación mental no van a tardar a convertirse en “carne de esclavitud”.
De todo esto se infiere que la consecuencia de la globalización del planeta supone en realidad, no la apertura del libre mercado y el ejercicio de la libre información sino la esclavitud de la raza humana. A la pregunta de quiénes son los “amos del mundo” las respuestas son diversas. Para unos, la clave está en dos palabras: “Wall Street”; para otros, los hilos que dirigen la trama hay que buscarlos en “los grupos de élite secretos”. Según algunos se trata del grupo Bilderberg; según otros, de los “judeo-masones-nazis-ultra cristianos”.

A la pregunta de cómo pueden colaborar los judíos con los nazis y los masones con los cristianos más ortodoxos, responden convencidos: “unidos por el deseo de alcanzar el poder, sobre todo el poder económico”.

Así pues - concluyen las teorias de la conspiracion- a pesar de desconocerse la identidad exacta de cada uno de los componentes de este complot de lesa majestad contra la Humanidad, puede asegurarse que es la élite económica de Europa y América del Norte la que llevada por una avaricia sin límites, desea el control absoluto sobre el Planeta no deteniéndose para lograr sus fines ni ante fronteras ni religiones ni razas ni culturas.

Del contenido de tales teorías podría inferirse que incluso el término “Humanidad” es sospechoso de estar involucrado en este complot en tanto en cuanto uniformiza a los hombres y les despoja de sus características particulares. Estoy segura de que ninguno de ellos me llevaría la contraria. Ya te he dicho antes, que en su opinión, los que pretenden alcanzar el Nuevo Orden Mundial llevan dedicándose a tal empresa desde hace generaciones.

 ¿Hay alguien que pueda detener semejante plan?

No muchos. Occidente, - dicen - corrompido por el laicismo y destruido por el consumo y la perversión moral, permanece ajeno a la amenaza que sobre él se cierne. La mentira del calentamiento de la tierra lo mantiene ocupado en otros asuntos.

Aseguran que la ideología de izquierdas y algunos países del Oriente son conscientes de este peligro. Ellas representan, a su modo de ver, las únicas fuerzas capaces de detener a estos monstruos.

El Nuevo Orden Mundial lo sabe. Por eso -constatan-  se dedica a difundir mentiras y calumnias: se destruye a sí misma las dos torres gemelas,  construye ficciones como Al Qaeda, que en realidad nunca ha existido y se ve legitimado para iniciar una guerra de dimensiones desconocidas.

La guerra – o mejor dicho, las guerras – sirven a varios fines.

Uno de ellos,- según estos videos-, sería el exterminio de la raza humana en un noventa por ciento. La guerra constituye uno de los mecanismos para mermar la población. Otro dispositivo son las diversas enfermedades propagadas a través de vacunas y otras vías de contagio. La causa de este deseo se debería al hecho de que en la actualidad no se dispone de bastante tierra cultivable y agua para abastecer a toda la Humanidad.

Las guerras implican además enormes ganancias que es, ante todo, lo que persiguen los defensores de la globalización. No es sólo la compra-venta de armamento la que está en juego. El control sobre  el petróleo, el gas y los metales lleva a los Estados Unidos a iniciar las mal llamadas guerras de liberación. Porque lo cierto es que no es la sociedad la que se encuentra sometida, sino la CIA las que pretenden someterla para apropiarse de sus recursos.

Finalmente, las guerras permiten la imposición de nuevas formas de gobierno, diseñadas a la medida que el Nuevo Orden Mundial exige.

 Para obtener la victoria, - aseveran las teorias de la conspiracion- , el Nuevo Orden Mundial ha creado (y está creando) medios de destrucción cada vez más eficaces. A las armas bacteriológicas hay que sumar las climáticas como el HAARP, que originan maremotos, terremotos, huracanes y demás catástrofes de carácter climático. Como todavía no está bien desarrollada, lo que  hemos visto hasta ahora han sido mayormente ensayos de aprendiz de mago.

De lo que no cabe duda - proclaman -, es que el mundo – en su lucha contra el mal- ha de hacer frente a la amenaza de una tercera guerra mundial. Para algunos se trataría incluso de la cuarta ya que consideran la “Guerra Fría” como la tercera.

 Hasta aquí, querida amiga una recopilación de todos los complots. He de decir que no ha sido tarea fácil. Los conflictos siempre me han provocado un terrible dolor de cabeza. Además, ninguno de los videos ofrece una información completa. Cada uno se dedica a un tema en concreto: el HAARP, la crisis económica, la guerra… Sólo después de haber visto cuarenta videos he comprendido que estaban conectados por una misma idea. No puedes imaginarte el esfuerzo que hay que hacer para  sintetizar las diferentes “teorías de la conspiración”.

La idea común es el anuncio del fin de la Humanidad. Curiosamente ninguna de estas teorías insta a que colaboremos en pequeña escala a acabar con la corrupción y la estupidez que hay o puede haber en cada barrio, en cada pueblo, en cada ciudad. Ninguno de esos videos dice “apaguen los televisores, apaguen los ordenadores y pónganse a estudiar matemáticas y física para construir aparatos contra esos elementos o pónganse a leer para saber que pasó en otras épocas”. En definitiva, ninguno de ellos ofrece una alternativa o al menos una esperanza.

Subliminarmente llaman a la revolución. Pero a la revolución ¿contra quién?, me pregunto yo en mi ignorancia. ¿Contra los fantasmas? ¿Contra el sistema? Afirmar que los Bancos son unos ladrones, no es decir nada nuevo. Que los políticos son los mismos perros con distintos collares, lo decía hasta el marido de Doña Rosario. Sin embargo, sólo actuó en consecuencia cuando se enteró que unos cuantos estaban yendo a “expropiarle” sus gallinas. Matar, sólo mató a las gallinas. Las sumergió en una tinaja de aceite, las enrunó en sitio seguro y aún tuvo tiempo para ponerse a salvo. No creo que en esos momentos pensara que estaba luchando contra una esclavitud a nivel mundial sino contra una ley injusta que aprobaba que unos cuantos se hicieran con los frutos de su trabajo.
Las teorías de la conspiración afirman que estamos al final de la Historia, como si el final fuera el final de una película que a las dos horas poco  más o menos tiene inexorablemente que acabar. Todas hablan de que la Humanidad va a ser esclavizada o peor aún, mermada, pero ninguno habla de la esclavitud que se vive en mi pueblo en la recogida de la fresa,  que los sueldos que pagan son de miseria. Todos hablan de un fin y de unos poderosos invencibles de los que sólo se conocen algunos nombres. En cambio, ninguno de ellos apela al: “déjense de juegos de ordenador y de películas y libros vulgares y desarrollen la capacidad de divertirse ustedes mismos consigo mismos. Déjense de creerse genios y atrévanse a aprender”.

Ignoro si sus teorías son ciertas o no. Honestamente, por la cuenta que me trae, espero que no. Pero lo que digo es que desenmascarar al culpable no significa triunfar sobre él. En mi pueblo todos conocemos a los mafiosos y eso no ayuda gran cosa. Si acaso a cerrar la boca cuando entran en el bar. He de reconocer que en mi pueblo siempre hemos sido muy tranquilos: Vivir y dejar vivir es la consigna. Cada cual se conoce y sabe con quién quiere cuentas y con quién no.
He de confesarte que he estado una semana sin dormir. Las historias de extraterrestres y de ángeles y demonios, que me parecen sacadas de películas de ciencia ficción,  no han sido las causantes de mi desvelo. Ni siquiera puedo culpabilizar al  Nuevo Orden Mundial o al estallido de una guerra mundial.

Lo que me ha provocado un terrible dolor de estómago y me ha empujado a llamar a todos mis amigos y conocidos ha sido comprobar ¡el enorme número de gente que parece estar empeñada - da igual el modo y la causa- en que llegue el fin del mundo!

Espero no haberte molestado con mis problemas. Me gustaría conocer tu opinión al respecto. Yo la verdad, estoy hecha un lío. No te puedes ni imaginar los análisis tan certeros que hacen sobre la crisis económica y sobre el panorama político mundial, en general. Incluso la “teoría de la conspiración” del 11 de Septiembre que afirma que las dos torres gemelas fueron derribadas por explosivos colocados en el sótano, me parecen dignas de atención.

Las preguntas que normalmente me han atormentado: ¿Dónde estoy?, ¿Quién soy?, ¿Adónde voy?, han dejado paso al ¿Dónde estamos? ¿Quiénes somos? ¿Adónde vamos?

Francamente, me considero incapaz de contestar a tantas y tan complejas preguntas. Bastante tengo ya conmigo misma.

Recibe un fuerte abrazo de tu amiga Carlota.

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He leído la carta de Carlota varias veces. También he visto algunos videos sobre el tema. Como mi amiga muy bien dice, algunos de sus análisis son tan certeros y tan profundos que más que como “Teorías de la conspiración”, habría que calificarlos de “periodismo de investigación”. Lo que les separa es en muchas ocasiones una débil y difusa línea.

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He salido al balcón a dejarme envolver en la noche estrellada. No parece que un cometa vaya a destrozar el planeta. Pero como diría Hume, el hecho de que todavía ningún cometa lo haya destrozado no significa que no pueda destrozarlo mañana. Un sentimiento de inquietud me ha invadido. De repente, casi sin pretenderlo, la escena final del “Cándido” de Voltaire ha brillado con majestuosa fuerza en medio de la noche.

En Constantinopla  ha habido revueltas en las que han muerto alguno visires. Cándido le pregunta a un turco qué es lo que ha sucedido y éste le contesta que no sabe nada del tema ni lo quiere saber. “Sospecho” –les dice- “ que las personas que se ocupan de temas públicos mueren en general de muerte violenta. Lo cual tienen bien merecido. Pero lo que suceda en Constantinopla me resulta indiferente.” El viejo turco les explica que él se dedica a trabajar la tierra con sus hijos. El trabajo les mantiene alejados de tres grandes males: el aburrimiento, el vicio y la necesidad. Cándido considera que esta postura es más inteligente que la de los reyes que por perseguir la grandeza han muerto de manera violenta. De repente se acuerdan de que tienen que trabajar en su huerto. Martin sugiere trabajar y no pensar para que de este modo la vida les resulte más soportable.
La pequeña sociedad aplaude esta propuesta y el huerto, aunque pequeño, da sus frutos. Al mismo tiempo cada uno de ellos aprende un oficio con el que poder ser útil al grupo. Cuando Pangloss empieza a filosofar,  Cándido le detiene. “Muy bien,” - replica Cándido- “pero lo primero es cultivar nuestro huerto.”

El trabajo, en efecto, nos libra de los males del aburrimiento y nos aleja de los asuntos públicos de proporciones desmesuradas.

Lo que no tiene sentido es lo que ha sucedido en la "Piel de Toro" durante las últimas décadas: la alegría inicial de los asalariados por cobrar la jubilación anticipada y el gozo de los agricultores por percibir subvenciones si no trabajaban sus tierras.  ¿Debo sospechar de alguna conspiración política?

Resulta inconcebible que gentes cuyas familias poseían desde generaciones atrás tierras de cultivo las hayan vendido para comprarse un piso en la ciudad y hayan preferido convertirse en asalariados mejor que ser propietarios, en un tiempo en que la mecanización del campo hacía más fáciles las tareas agrícolas. Lo que no entiendo es que en época de paro ninguno de los jóvenes vislumbre en la tierra la tabla de salvación. No deja de hablarse de la necesidad de creación de empresas, que no es lo mismo que la apertura de tiendas, pero cuando les nombras la tierra te califican de “troglodita”. Con ello olvidan que si bien es cierto que no sólo de pan vive el hombre,  resulta igualmente innegable que el hombre es lo que come y que sólo si come puede ser.
Voltaire defiende por un parte el trabajo; por otra alude a un segundo elemento: la pequeña comunidad.
No se trata, como pretenden algunos, crear sociedades aisladas. Como tampoco “individualismo” es sinónimo de “aislacionismo”. La idea que conlleva es que el hombre no es un ser infinito  sino limitado y por tanto no puede desarrollarse en espacios absolutamente ilimitados.

Como dice mi amigo Jorge Iranzo: “Lo grande te hace perder la noción del tamaño y lo gigantesco te pierde a ti.” La sociedad humana sólo tiene sentido si se estructura trabajando en pequeñas comunidades. Únicamente  así  es posible que cada uno de los individuos que la componen pueda prestar atención  a la libertad y a la seguridad al mismo tiempo.

Si una pequeña comunidad no es capaz de defender sus propios derechos dentro de sí misma ¿cómo va a poder defenderlos frente a otras sociedades? Ese es precisamente uno de los temas centrales de uno de los mejores libros que he leído desde hace meses: “El informe Brodeck”, de Philippe Claudel. La ocupación alemana es simplemente la excusa de la que se sirve el autor para demostrar que la maldad y la violencia sólo pueden introducirse en una comunidad con el apoyo de ésta. El deseo de olvidar, de seguir adelante “como si” nada hubiera sucedido puede llegar a engendrar aún más violencia pero no puede anular los hechos. Es lo que Carlos Saldaña resumiría afirmando lacónicamente: “Negar la realidad no significa cambiarla.”
Troya es la que abre las puertas de sus murallas a los enemigos.

A mí me parece muy bien que algunos se dediquen a sospechar a niveles planetarios, pero sería mejor que los habitantes del pueblo de Carlota se preocuparan de averiguar por qué el alcalde ha concedido una ayuda a la empresa que dirige su hijo, que hasta el momento no ha generado más que deudas. No estaría de más que se adoptaran las medidas pertinentes. El problema es que a veces resulta más fácil luchar contra un desconocido que contra el tirano de enfrente.  La explicación para tal pasividad es, según Carlota, que en época de paro el que más y el que menos espera que le den un trabajo en  la empresa del hijo del alcalde. Así que todos callan. Todos callan y el día en que griten, gritaran todos. Lo dice también Philippe Claudel en uno de los pasajes más impresionantes de su libro. Brodeck, su personaje principal, confiesa que él huye de las masas porque casi todo lo malo nace de ellas. Puede echarse la culpa al que las exhorta a actuar, al que las maneja. Pero la verdad, dice Brodeck, es que la masa es en sí misma un monstruo que está hecha de miles de rostros. No hay ninguna masa alegre. Detrás de las risas hay siempre sangre que se agita.

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He escrito a Carlota para contestar a su carta. Le he aconsejado que si tanto le interesa la marcha del mundo empiece por tomar medidas contra los cuatro mafiosos de su pueblo. Sin embargo, nada como el cultivo de un huerto en sus ratos libres. El trabajo hace la vida mas soportable. Si ademas reporta unas cuantas patatas y unas cuantas lechugas, mucho mejor.
No sabía si advertirle de la existencia de la enfermedad del “activismo’: una neurosis, de las muchas que existen, que consiste en mantenerse ocupado todo el día hasta llegar al agotamiento. “Burn out”, le llaman. Igual daría que le llamaran ‘el síndrome de los burros.”

No le he dicho nada. No creo que mi amiga corra el peligro de padecerla.

¡Hasta la semana que viene!

Isabel Viñado Gascón.

 

 

 

 

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