martes, 23 de abril de 2013

"Contrapunto” (1928) Aldous Huxley / II Huxley y Virginia Woolf - Sociedad. Hombres y Política.


A pesar de que muchos críticos consideran a Huxley y a Virginia Woolf “antagonistas” en tanto en cuanto el primero se concentra en el contenido mientras que la autora inglesa lo hace en la forma, lo cierto es que el retrato que ambos trazan de la alta sociedad es muy semejante.  Ello no es de extrañar si se considera que ambos se mueven dentro de los mismos círculos cultos y elitistas de la sociedad inglesa. En “Mrs. Dalloway”, escrita por Virginia Woolf en 1925, aparece citado incluso el nombre de Thomas Huxley, abuelo de Aldous Huxley  y reconocido malthusiano, como una de las lecturas favoritas de la protagonista.

Conociendo a Virginia Woolf, estoy segura de que sería la primera en señalar que sus diferencias proceden de que Huxley escribe como un hombre y como tal trata los temas que le preocupan y ella, en cambio, escribe y quiere escribir como mujer y por tanto asume una perspectiva diferente. Si no me creen, lean “Una habitación propia” (1929) y se convencerán. En cualquier caso, lo cierto es que la similitud entre ambos autores resulta innegable; consideración sobre la mujer incluida, como veremos en el próximo blog.

Las ediciones que he manejado han sido:

Aldous Huxley “Point Counter Point” (1928) Vintage Classics, Random House 2004 - En español: “Contrapunto”

Wilkie Collins “The Moonstone” (1868) Penguin Books, 1994 –En español: “La piedra lunar”

Aldous Huxley “Brave New World Revisited” (1958) HarperCollins, 2006 – En español: “Nueva visita a un mundo feliz”

Aldous Huxley “Brave New World” (1932) Vintage Classics, Random House 2004 – En español: “Un mundo feliz”

Virginia Woolf “Mrs Dalloway” (1925) S. Fischer Verlag 2006 – En español: “La señora Dalloway”

 Los hombres que componen la alta sociedad.

Los hombres que Huxley y Woolf describen en sus obras se caracterizan por pertenecer a antiguas familias inglesas, disponer de holgadas cuentas corrientes y dedicarse a profesiones liberales como la política, el arte o la medicina. El hecho de que  no tengan necesidad de trabajar no significa, en absoluto, que no estén obligados a interesarse por el mundo que les rodea. Encontrar una actividad a la cual dedicar sus energías sin tener una verdadera necesidad para hacerlo es una obligación que exige a veces grandes esfuerzos hasta el punto de llegar a sumir en la desesperación a los afectados.

(“Point Counter Point” Pg.35-36) ‘But what are you interested in?’ his father had asked. And the trouble was that Lord Edward didn’t know. (…) The fourth marquess could not conceal his anger and disappointment. ‘The boy’s an imbecile,’ he said, and Lord Edward himself was inclined to agree. He was good for nothing, a failure; the world had no place for him. There were times when he thought of suicide.’

Sin embargo, -como Huxley denuncia a través de sus personajes- este interés es en muchas ocasiones más bien superficial. El propio Lord Edward – que finalmente ha encontrado su vocación en la medicina- abandona sus investigaciones científicas para correr en pos de la música de Bach, que se interpreta en ese momento en el salón de su casa; Philip, hijo de Mr Quarles y marido de Elinor, es un autor más bien mediocre que dedica más tiempo a pensar cómo estructurar los libros que en escribirlos; En lo que a las opiniones políticas del periodista Walter Bidlake se refiere, carecen de cualquier profundidad ideológica. Como escribe el mayordomo que aparece en “La piedra lunar”, (1868) de Collins:

(“The Moonstone” Pg. 58-59) Gentlefolks in general have a very awkward rock ahead in life –the rock ahead of their own idleness. Their lives being, for the most part, passed in looking about them for something to do, it is curious to see –especially when their tastes are of what is called the intellectual sort- how often they drift blindfold into some nasty pursuit.”

En lo que a la esfera pública concierne,  la política constituye  una de las ocupaciones principales de las clases adineradas. La política se reserva a los hijos mayores y el ejército a los más jóvenes. No obstante, hay que considerarlas una proposición más que una obligación.

En 1928, Huxley advierte que la crisis de la política radica en que los políticos están más interesados en el progreso industrial creado a partir de los logros tecnológicos, que en las graves repercusiones que éstos provocan en las estructuras sociales y medio ambientales.

(“Point Counter Point” Pg. 74/75). Progress! You politicians are always talking about it. As though it were going to last. Indefinitely. More motors, more babies, more food, more advertising, more money, more everything, forever. You ought to take a few lessons in my subject. Physical biology. Progress, indeed! What do you propose to do about phosphorus, for example?’

His question was a personal accusation.

‘But all this is entirely beside the point,’ said Webley impatiently.

‘On the contrary,’ retorted Lord Edward, ‘it’s the only point.’ (…) ‘With your intensive agriculture,’ he went on, ‘you’re simply draining the soil of phosphorus.  More than half of one per cent a year. Going clean out of circulation. And then the way you throw away hundreds of thousands of tons of phosphorus pentoxide in your sewage! Pouring it into the sea. And you call that progress. Your modern sewage systems! ’ (…) ‘ You ought to be putting it back where it came from. On the Land.’

‘But all this has nothing to do with me,’ protested Webley.

‘Then it ought to,’ (…) ‘That’s the trouble with you politicians. You don’t even think of the important things. Talking about progress and votes and Bolshevism and every year allowing a million tons of phosphorus penstoxide to run away into the sea. (…) it’s fiddling while Rome is burning.’

 
A juicio de Huxley, la política no puede ofrecer ningún tipo de solución al ciudadano. A las distintas ideologías sólo les separa el modo en que van a  conducir  la sociedad al infierno. Unas lo hacen en un autobús colectivo y otras en un coche privado. El objetivo primordial de todas ellas – con independencia de la ideología que lo recubra- consiste en promover la americanización, tanto como  la industrialización, que a juicio de Huxley entraña el germen destructivo de la sociedad.

Según el autor inglés, las estructuras que todos los partidos crean, incluido el bolchevique, son a imagen y semejanza del axioma americano. La diferencia es que en el régimen comunista los departamentos gubernamentales han ocupado el puesto de los trusts y los funcionarios el del hombre rico. En Europa  la situación es parecida a la del régimen bolchevique, salvo que mantiene la figura del hombre rico.

Esta situación resulta ridícula para el hombre sensato, al cual lo único que le preocupa es si las medidas políticas le van a conducir al infierno o no y como la respuesta parece ser  positiva, el hombre sensato se aleja de las luchas ideológicas, que no encubren, en el fondo, más que luchas de poder.

 
(“Point Counter Point” Pg. 390) ‘But it’s silly, all this political squabbling’ said Rampion (...)’Bolsheviks and Fascists, Radicals and Conservatives, Communists and British Freeman – what the devil are they all fighting about? I’ll tell you. They’re fighting to decide whether we shall go to hell by communist express train or capitalist racing motor car, by individualist ‘bus or collectivist tram running on the rails of state control. The destination’s the same in every case (…) The only point of difference between them is: How shall we get there? It’s simply impossible for a man of sense to be interested in such disputes. (…) The question for the man of sense is: Do we or do we not want to go to hell? And his answer is: No, we don’t. And if that’s his answer, then he won’t have anything to do with any of the politicians. Because they all want to land us in hell. All, without exception. Lenin and Mussolini, MacDonald and Baldwin.  (…) They all believe in industrialism in one form or another, they all believe in Americanization. Think of the Bolshevist ideal. America but much more so. America with government departments taking the place of trusts and state officials instead of rich men And the ideal of the rest of Europe. The same thing, only with the rich men preserved.’

 
Una década más tarde, la indiferencia política no será algo en  lo que el hombre sensato pueda refugiarse. Como allá por 1981 escribiría  Franco Battiato en su canción “La bandera blanca”; “Que difícil es quedarse quieto, indiferente mientras todo en torno hace ruido. En esta época de locos nos faltaban los idiotas del horror”.

La obra de Huxley deja entrever los cambios  que experimenta una actividad cuyo ejercicio estaba reservado hasta ese instante a unos pocos y la inclinación de muchos de los partidos políticos hacia posiciones autoritarias.Unos porque quieren conservar sus privilegios; otros, porque quieren conquistarlos. El autor se opone a la primacía de una clase, sea ésta la que sea, y se manifiesta contrario a cualquier tipo de totalitarismo, ya sea de corte fascista, comunista o, como el partido que preside su personaje Everard Webley, basado en el triunfo de la inteligencia.

Una de las premisas que el autor de "Contrapunto" mantendrá a lo largo de su vida será la defensa de la democracia. Él, al igual que Alexis de Tocqueville en su día, no es ajeno a las dificultades que el mantenimiento de la libertad conlleva. Sin embargo, cosa curiosa, Huxley está firmemente convencido de que la aparición de los regímenes totalitarios proviene de las desastrosas consecuencias que origina la industrialización, más que del resultado de un mero abuso de poder político.

Riesgos de la industrialización
En efecto, el desarrollo de la técnica permite que el confort se extienda paulatinamente a todas las capas sociales y posibilita una vida más cómoda, pero al mismo tiempo origina la sociedad de masas, caracterizada por el pensamiento hedonista, la uniformización de los gustos, así como la pérdida del valor de la crítica. A partir de ahora la premisa a seguir es: todo lo que vende, vale.

El segundo riesgo que Huxley vislumbra es el aumento de la natalidad a consecuencia de los adelantos científicos. A lo largo de su obra,  abordará una y otra vez esta cuestión. Treinta años más tarde, en 1958, en su ensayo “Nueva visita a un mundo feliz” expresará su convencimiento de que la superpoblación, consecuencia de los adelantos técnicos,  aboca inexorablemente en gobiernos totalitarios ya que mientras que por un lado aumentan las necesidades, por otro, se agotan las fuentes de alimento y energía dando lugar a crisis permanentes que han de ser resueltas a través de la imposición de medidas de control cada vez más autoritarias sobre los individuos que componen esa sociedad. Hay que señalar el asombroso paralelismo que existe entre las preocupaciones que Huxley manifestaba en “Nueva visita a un mundo feliz” y la situación actual en la que nos encontramos. Estoy convencida de que muchos de los llamados “teóricos de la conspiración” han bebido sus fuentes y sus miedos de allí. Les recomiendo su lectura.

 
(“Brave New World Revisited” Pg. 12) And permanent crisis is what we have to expect in a world in which over-population is producing a state of things, in which dictatorship under Communist auspices becomes almost inevitable.

La importancia del espacio privado.

En cualquier caso, en los ambientes en los que el autor inglés se mueve,  la esfera pública llega a su fin en cuanto roza la extensa esfera privada, que es, por otra parte, la que realmente les importa. En efecto, el individuo está por encima del colectivo. La grandeza de un hombre se mide en función de su capacidad para desvincularse de las opiniones generales y defender su propio punto de vista. Es por eso por lo que en dichos círculos se aprecia tanto al arte y a los artistas y se les permite entrar a formar parte de esos restringidos grupos donde muchos están unidos por lazos familiares.
No obstante, ironía de ironías, la hipocresía constituye otro de los rasgos sobresalientes de esta “buena sociedad”:  Marjorie, la amante de Walter Bidlake –hijo de John y Jane Bidlake y hermano de Elinor Quarles- no es invitada a esas reuniones porque es una mujer casada, a la que su marido –extremadamente religioso- no le concede el divorcio. No tienen, en cambio, reparos en admitir  a Lucy, la promiscua hija de Lady y Lord Edward.
Huxley relativiza esta doble moral. La diferencia entre ambas, asegura, no se debe tanto a la posición social como al defecto que sufre Marjorie en un elemento de fundamental importancia a la hora de relacionarse: la voz. La suya, repetirá el autor inglés en varias ocasiones, es insufrible.

Otra de las características a tener en cuenta dentro de los círculos elitistas es su afición a los viajes. Destinos europeos como París y exóticos como la India, forman parte de la instrucción. Sus beneficios, sin embargo, resultan un tanto ambiguos. Si por un lado, acercan al individuo a nuevas culturas, religiones y costumbres, por el otro se corre el riesgo de que se aparte de la suya propia. El viajar es conveniente siempre y cuando uno sea capaz de mantenerse fiel a sus raíces. Collins, en la novela anteriormente citada “La piedra lunar”, pone de manifiesto los “peligros” que entraña el cosmopolitismo.

(“The Moonstone” Pg. 52) “It was not till later that I learned (…) that these puzzling shifts and transformations in Mr. Franklin were due to the effect on him of his foreign training. At the age when we are all of us most apt to take our colouring, in the form of a reflection from the colouring of other people, he had been sent abroad, and had been passed on from one nation to another, before there was time for any one colouring more than another to settle itself on him firmly. (…) He has his French side, and his German side, and his Italian side –the original English foundation showing through, every now and then, as much as to say, ‘Here I am, sorely transmogrified, as you see, but there’s something of me left at the bottom of him still.’

La India sigue despertando el interés de los novelistas. Algunos, como Collins, destacan su lado exótico y misterioso para utilizarlo como recurso en sus novelas;  otros, como Huxley, prefieren centrarse en los problemas políticos y sociales y mostrar las discrepancias de ingleses e indios con respecto a la India.
Los ingleses no ocultan sus tendencias racistas ni su preocupación por la superpoblación. En su opinión, el control de nacimientos representa la mejor solución. No hay que olvidar que las teorías malthusianas estaban de moda en los círculos científicos y que el abuelo de Aldous Huxley, Thomas Huxley, había sido uno de sus conocidos defensores. Es una mujer, Elinor, la que en “Contrapunto” se encarga de plantear esta cuestión. La falta de medios sanitarios que ha visto en su viaje a la India, no parece representar un obstáculo significativo en una tasa de natalidad que se puede calificar de elevada. Esto se contrapone, con las nuevas tendencias inglesas. Alli los grupos adinerados y cultos experimentan un constante descenso en el nivel de natalidad debidas por un lado, al miedo a la maternidad de las mujeres y por otro, a su deseo de desarrollo personal.

En “Contrapunto” la posición de Huxley no está claramente delineada. Seguirá ocupándose de éste tema en “Un Mundo Feliz” (1932). En “Nueva visita a un Mundo Feliz” (1958) mostrará  finalmente una visión radicalmente malthusiana.
En “Un Mundo Feliz”, “Comunidad, Estabilidad, Identidad” (“Community, Stability, Identity”) son los tres grandes principios que constituyen las nuevas sociedades configuradas bajo la idea de la asepsia científica y estabilidad social y en la que se pretenden erradicar los rasgos que tradicionalmente han caracterizado al ser humano. Estabilizar la población forma parte de uno de los principales objetivos a lograr. (“Brave New World” Pg.5).  Por el contrario, la sociedad humana que se ha apartado de la sociedad científica y procrea libremente es considerada salvaje y se caracteriza por resaltar los atributos que forman parte de la naturaleza del ser humanos al mismo tiempo que sus conocimientos culturales aparecen fragmentados y sin estructuras.
En el ensayo “Nueva visita a un mundo feliz”, Huxley expondrá detalladamente las razones que avalan el control de la natalidad y que tienen que ver sobre todo con la falta de recursos naturales, la inestabilidad social ante la falta de alimentos,  la consiguiente asunción  de mayor autoridad de los Gobiernos y el consiguiente peligro que esto entraña para la democracia.
Para la élite intelectual india, por el contrario, el primer escollo a salvar es la absoluta falta de comprensión de los británicos por los problemas reales de la India. El eurocentrismo del que adolecen los ingleses les impide entender que la principal cuestión a tratar en la India no es la superpoblación. La filosofía religiosa india explica que la vida y la muerte están inexorablemente unidas en un proceso que se repite eternamente y por tanto, no hay que preocuparse demasiado ni de la una ni de la otra. Sus objetivos prioritarios consisten en hacer frente al racismo inglés del que son víctimas al mismo tiempo que promocionan  reformas tendentes a democratizar las instituciones políticas del país.

“Point counter Point”(pg.91)‘But why don’t you teach them birth control, Mr Sita Ram?’ Elinor had asked. (…) ‘Isn’t it the only hope for India?’

Mr Sita Ram, however, thought that the only hope was universal suffrage and self-government. He went on with the station-master’s history. The man had passed all his examinations with credit; his qualifications were the highest possible. And yet he had been passed over for promotion no less than four times. Four times, and always in favour of Europeans or Eurasians. Mr Sita Ram’s blood boiled when he thought of the five thousand years of Indian civilization, Indian spirituality, Indian moral superiority, cynically trampled, in the person of the station-master of Bhowanipore, under English feet…

‘Is dat justice, I ask?’ He banged the table.

‘Who knows?’ Philip wondered. ‘Perhaps it is.’

 
Junto a la inclinación por los viajes, aparece el amor a la naturaleza. A su regreso de la India, Philip y Elinor Quarrel se trasladarán a vivir al campo. Huxley considera que esta práctica ha de restringirse a los ancianos y a las gentes de carácter tranquilo e indolente, más que a los jóvenes de carácter abierto y curioso.

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La evolución de la  política hasta nuestros días

En un momento en el que la política estaba tomando cada vez más fuerza, el análisis de Huxley mostraba la ineficacia de las ideologías para solucionar los problemas que acuciaban a la sociedad, al tiempo que preveía las terribles consecuencias que podían derivarse de su hegemonía.
Los pronósticos del autor inglés tomarán un cariz mucho más violento de lo que nadie hubiera podido imaginar. Europa quedará arrasada por los fascismos y los totalitarismos. El hedonismo seguirá siendo el patrón de conducta a seguir como ya se había perfilado en el periodo de entreguerras. Como el propio Huxley  había afirmado en "Contrapunto": la promiscuidad y el ascetismo no son, en el fondo, más que las dos caras de la misma moneda. Ambos manifiestan por igual un profundo odio al ser humano. Si finalmente se impone el hedonismo es gracias al desarrollo tecnológico, que da lugar a una sociedad del bienestar donde el esfuerzo y la autosuperación ya no son elementos imprescindibles para la supervivencia y son sustituidos por nuevos valores, entre ellos el consumo y la introducción de máquinas que sustituyan el trabajo humano.

En 1958, en su obra “Nueva visita a un Mundo Feliz”, Huxley seguirá insistiendo en los problemas sociales que se derivan de la industrialización. El mundo no había aprendido de sus errores y no podía aprender porque era incapaz de percibir dónde estaba el origen de sus problemas. Las ideologías políticas habían sido incapaces de resolver los graves conflictos de su tiempo, pero no eran las causas que los habían producido ni las culpables de los nuevos que paulatinamente iban apareciendo. A juicio de Huxley el verdadero autor de los desórdenes sociales había  que buscarlo en el fenómeno de la industrialización.

La política ha ido perdiendo importancia a medida que el mantenimiento del Estado de Bienestar y la conducta hedonista se han configurado como  los objetivos relevantes de la sociedad. Se ha tratado de alcanzar lo que Huxley había denominado el deseo de “americanización”, al que, a decir del escritor, incluso los bolcheviques, aspiraban sin, no obstante, detenerse nadie a considerar la cantidad de recursos naturales que se precisan para mantener a largo plazo tal nivel de vida.

A partir de la caída del muro y de la desaparición de la antigua URSS, los organismos supranacionales han ido concentrando cada vez mayor poder. Al mismo tiempo, el interés de los ciudadanos por la política disminuye  y los programas de los distintos partidos se disuelven hasta llegar a parecerse peligrosamente. A partir de 1980 partidos de espíritu muy diferente han hecho su entrada en escena. Por una parte, en Alemania se fundó el grupo de “Los Verdes”, que dirigía sus esfuerzos  a luchar contra la energía nuclear e incitaba a los ciudadanos a preocuparse por el mantenimiento del equilibrio de los recursos naturales. Influido por las doctrinas hippies del amor a la naturaleza como expresión de la armonía entre el Hombre y el Universo “Los Verdes” propulsaron por vez primera la idea de que el Planeta Tierra es un lugar finito y limitado en sus posibilidades y al que por tanto es necesario proteger.

Alrededor de 1991, sin embargo, surgíeron partidos de contenido tan cínico como políticamente insostenibles, que de modo inesperado despertaron grandes simpatías entre el electorado debido sobre todo a las formas folcloristas que adoptaron para exteriorizar sus críticas contra la política convencional. En España, uno de ellos fue el partido GIL, cuyas siglas querían significar “Grupo Independiente Liberal”, pero que en realidad hacían referencia a su presidente y fundador: Gil y Gil. Es cierto que no se mantuvieron mucho tiempo en el Poder, pero no lo es menos que – estragos y corrupciones aparte – simbolizaron el profundo disgusto de muchos ciudadanos por los esquemas de representación y gobierno tradicionales.

En realidad, tanto “Los Verdes” con sus sensatos y necesarios propósitos ecologistas, de inspiración socialista, como los cínicos “GIL”, de corte populista y enormemente conservadores,  expresaban una misma idea: la de que las viejas ideologías se habían quedado obsoletas y de que era preciso encontrar nuevas formas de organización colectiva.

Siguiendo esa misma línea, los nuevos partidos que han surgido en Alemania durante los últimos años han dejado de estructurarse –a excepción de “Die Linke”-  a partir de los modelos acostumbrados. En vez de eso, su configuración se asemeja más bien a la de las plataformas ciudadanas. Sus objetivos se fijan en torno a una reivindicación determinada. Por ejemplo, en el caso del Partido de “Los Piratas” (“Die Piraten”) la principal cuestión en la que se centra su programa es en la del mantenimiento de la libertad en Internet. En el Partido  “Alemania Alternativa” (“Alternative Deutschland”), de reciente constitución, la propuesta es la salida de Alemania de la zona Euro tal y como ahora se conoce.

El inconveniente que plantean estas nuevas formas de hacer política es que aunque obtienen grandes apoyos entre los votantes, la falta de perspectiva global, les sume en la confusión interna una vez que han llegado al Parlamento. Lo que muestran, sin embargo, es de crucial importancia para los tiempos venideros: los ciudadanos ya no se unen según tendencias liberales, fascistas o comunistas sino según necesidades concretas y determinadas. El desafío que plantean todos estos grupos es que una sociedad supranacional y global como la nuestra, exige un cambio radical en la estructuración y organización política de las sociedades.  Más adelante profundizaremos en este tema: cuando hablemos del que según Huxley es el verdadero causante de la destrucción de nuestra civilización: el progreso industrial.

Los siguientes blogs acerca de "Contrapunto" son:
 
III/ “Contrapunto” (1928) Aldous Huxley. Huxley y Virginia Woolf. Mujeres: la desaparición del conflicto entre deber, liberación y hedonismo.

IV/ “Contrapunto” (1928) Aldous Huxley. Huxley y Virginia Woolf. Los recién llegados. Sin novedad a la vista… De momento.

V/ “Contrapunto” (1928) Aldous Huxley. Huxley y Nietzsche. Ilustración: el duro equilibrio entre la razón y las emociones.

VI/ “Contrapunto” (1928) Aldous Huxley. Huxley y las fuerzas oscuras del romanticismo. La era de los nacionalismos y de la mística.

Hasta la semana que viene
Isabel Viñado Gascón.

 





 

 

 

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